Nos devoramos de una,
todo el oscuro interior,
Nos desgarramos las entrañas más profundas
Y sin esperar respuesta,
mutuamente, nos brindamos,
solo para hacernos compañía
en esta ruta de ida y sin regreso
para transcurrir en este camino hipócrita
poblado de culpables y santos.
Así, como desnudos de cargas,
Livianos y sin cruces,
Nos disponemos a cumplir
Con este destino adquirido
El cual, desde un principio,
Nos signo, como cualquier
Bendita maldición.