Armando, despacio, pieza a pieza, como a cualquier rompecabezas
Este poema se forma y se deforma, de cosas con poco sentido,
Con lo que escribe mi mente y con lo que siente mi corazón
Sin orden alguno, baila libre cada oración,
las ideas y los sentimientos, nacen, viven y mueren
tan rápido como se pinta algún rayón
garabatos y dibujitos adornan la ecuación.
Y entonces podría acomodar todas sus piezas
Intercambiar los versos, mover las letras de lugar
jugar a ser azar, reinventarlos sin razón,
potenciar su significado, pronosticar su interpretación,
Ocultar su verdadero significado, o simplemente olvidar porque son
eternamente mutante podría ser.
y en un minuto de paz, ya no juego, los leo y los vuelvo a leer
están todos fuera de su predestinado lugar
mas ya no dicen lo mismo o no lo dirán
y los vuelvo a cambiar, trato de unirlos a un hilo
juntarlos muy, muy juntitos, cómo si se fueran a aparear
uno tras otro como perlas de collar
solo así haciendo trampas al orden universal
descubro el orden de mi desorden, el significado de esta mi verdad
y vuelvo a comenzar desde el principio, silencio lo que decían los versos
o lo que querían llorar, olvido lo que deseaban encontrar,
entre grises e infinitos infinitos,
y hasta se me pierden todos los sueños sin soñar.
Y reconstruyo en el desorden o destruyo de un plumazo la no realidad
Sigo formando cadena con todos los que pude salvar
Esos que dicen lo que soy, lo que hago, lo que vivo, lo que amo,
Los que describen a mi mundo
Los que dibujan experiencias que no se olvidaran
Y ordenados los versos despeinados pintan la historia que quiero contar
La que en obras cada día, esta, la que en un antes prefería borrar.
Elaborados o escritos sin pensar
todos son parte del desorden de mi orden
Ese que me esmero en conservar,
y me paro en lo desierto y no miro ni una sola vez hacia atrás
cansada de borradores, ahora solo quiero andar.
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