lunes, 28 de diciembre de 2009
Si una ráfaga silenciosa, traicionera,
Asalta tu mente distante
Acerca al pasado en un suspiro
Así como de improviso
Inesperados olores a desierto
Te inundan por completo,
Si oleadas de atardeceres y aves
Te recuerdan al misterioso sonido
Del sabio animal errante
que casi no conoces
Si cuidadosos detalles conforman
El sorpresivo cuadro que pintas
Apareciendo y desapareciendo
A su antojo, a su único antojo,
E s solo porque es o como si todo fuera
Parte integrante del todo,
Fluido que fluye
En este, mi espiral.
Asalta tu mente distante
Acerca al pasado en un suspiro
Así como de improviso
Inesperados olores a desierto
Te inundan por completo,
Si oleadas de atardeceres y aves
Te recuerdan al misterioso sonido
Del sabio animal errante
que casi no conoces
Si cuidadosos detalles conforman
El sorpresivo cuadro que pintas
Apareciendo y desapareciendo
A su antojo, a su único antojo,
E s solo porque es o como si todo fuera
Parte integrante del todo,
Fluido que fluye
En este, mi espiral.
martes, 22 de diciembre de 2009
No estar como paralizada decís?, alejar de mi la sensación que da la quietud, de cuerpo ahogado, hinchado, flotando sin ganas en aguas poco exploradas...eso decís? Dejar de ser hada y mutar en sirena ¿puedo?, mover con calma las alas y no volar muy alto, ya sabemos del vértigo, de los temblores y del frio de las alturas y de esa soledad que hay arriba....No hoy, no, mutar, no puedo. Cuando me hablas de cerca no escucho el sonido de tu voz, veo mover tus labios y tu boca profunda como un abismo marino y lo que decís, tus palabras agudas, punzantes, Verdaderas, sinceras, con tanto filo que parten en dos las aguas, el corazón, las ideas, los pesares, todo lo deja en partes.
Sólo nunca olvides que no es cualquier agua en la que floto es la orilla tranquila, es arena y humedad, es efímero olor a mar....
Creo que mejor sacarle la ropa a las palabras, dejar que se mojen suavemente y sentirnos sin vértigos , sin alturas paralizantes sin profundidades oscuras , borrando de nuestro diccionario palabras no entendibles...te escucho que decís? Que mojados y con el agua escapándose de nuestros cuerpos, en cada gota descubriremos el entendimiento. Tenemos tiempo me dices? te escucho...
Sólo nunca olvides que no es cualquier agua en la que floto es la orilla tranquila, es arena y humedad, es efímero olor a mar....
Creo que mejor sacarle la ropa a las palabras, dejar que se mojen suavemente y sentirnos sin vértigos , sin alturas paralizantes sin profundidades oscuras , borrando de nuestro diccionario palabras no entendibles...te escucho que decís? Que mojados y con el agua escapándose de nuestros cuerpos, en cada gota descubriremos el entendimiento. Tenemos tiempo me dices? te escucho...
jueves, 17 de diciembre de 2009
lunes, 14 de diciembre de 2009
viernes, 4 de diciembre de 2009
A N T O N I N A R T A U D
E L b L U F FS U R R E A L I S T A
Que los surrealistas me hayan expulsado o queyo mismo me haya alejado de sus grotescos simulacros,hace mucho que no es ésa la cuestión.1Me retiré porque estaba harto de una mascaradaque había durado demasiado, por otra parte estabamuy seguro de que en la nueva posición que habían
1 Insistiré apenas sobre el hecho de que los surrealistas no hayan encontradonada mejor para tratar de destruirme que servirse de mis propiosescritos. Es necesario que se sepa que la nota que figura al pie de laspáginas 6 y 7 del artículo «Au grand jour» y que apunta a arruinar losfundamentos de mi actividades es apenas una reproducción pura y simple,la copia apenas disfrazada de fragmentos tomados de textos que yo
les destinaba y donde me ocupaba de poner a la luz su actividad, embutidade odios miserables y de veleidades sin futuro. Esos fragmentos
constituían la materia de un artículo que me rechazaron sucesivamente
dos o tres revistas, entre ellas la N.R.F, por demasiado comprometedor.Poco importa saber por los oficios de qué soplón llegó este artículo a susmanos. Lo esencial es que lo hayan encontrado tan molesto como parasentir la necesidad de neutralizar su efecto. En cuanto a las acusacionesque les destinaba y que me devuelven, dejo a la gente que me conocebien, no ya según su innoble manera, el trabajo de clasificarnos. En elfondo, todas las exasperaciones de nuestra pelea giran alrededor de lapalabra Revolución.
elegido, no menos que en cualquier otra, los surrealistasno harían nada.Y el tiempo y los hechos no tardaron en darmela razón.Uno se pregunta qué puede importarle al mundoque el surrealismo coincida con la Revolución oque la Revolución deba hacerse por fuera y por encimade la aventura surrealista, cuando se considerala poca influencia que los surrealistas han tenidosobre las costumbres y las ideas de esta época.Además, hay todavía una aventura surrealista yacaso no ha muerto el surrealismo el día en queBreton y sus adeptos creyeron que debían adherir alcomunismo y buscar en el terreno de los hechos yde la materia inmediata el resultado de una acciónque normalmente sólo podía desarrollarse dentro delos marcos íntimos de la mente.Creen poder permitirse echarme cuando hablode una metamorfosis de las condiciones interioresdel alma,2 como si yo entendiera el alma en el senti-
2 Como si un hombre que ha sentido de una vez por todas los límites desu acción, que rehúsa comprometerse más allá de lo que él cree que sonesos límites, fuera menos digno de interés, desde el punto de vista revolucionario,que el gritón imaginario que en el mundo asfixiante en el quevivimos, mundo cerrado y para siempre inmóvil, en atención a no sé quéestado insurreccional del cuidado de clasificar los actos y los gestos quetodos saben bien que no haré.Exactamente eso es lo que me ha hecho vomitar el surrealismo: laconsideración de la impotencia nativa, de la debilidad congénita de esosseñores, opuesta a su actitud perpetuamente ostentatoria, a sus amenazasen el vacío, a sus blasfemias en la nada.¿Y hoy, qué hacen ellos para desplegar una vez más su impotencia, suinvencible esterilidad? Es por haber rehusado a comprometerme más alláde mí mismo, por haber reclamado silencio alrededor mío y por ser fielen pensamiento y en acto a lo que sentía ser mi profunda, mi irremisibleimpotencia que esos señores han juzgado mi presencia inoportuna entreellos. Pero lo que les pareció por encima de todo condenable y blasfematoriofue que no quisiera comprometerme sino conmigo mismo acercade la determinación de mis límites, que exigiera ser dejado libre ydueño de mi propia acción.¿Pero qué me importa toda la Revolución del mundo si sé permanecereternamente doloroso y miserable en el interior de mi propio osario?Que cada hombre no quiera considerar nada más allá de susensibilidad profunda, de su yo íntimo, es para mí el punto de vista de larevolución integral. No hay mejor revolución que la que me beneficia amí y a la gente como yo. Las fuerzas revolucionarias de un movimientocualquiera son aquellas capaces de desarticular el fundamento actual delas cosas, de cambiar el ángulo de la realidad.Pero en una carta escrita a los comunistas, ellos confiesan su absolutafalta de preparación en el terreno en el que acaban de comprometerse.Más aún, que el tipo de actividad que se les pide es inconciliable consu propio espíritu. Y es aquí que ellos y yo, sea lo que sea, nos volvemosa reunir al menos en parte en una inhibición esencialmente similar aunque debida a causas graves en otro sentido, en otro sentido significativaspara mí que para ellos. Se reconocen finalmente incapaces de hacer loque yo siempre me rehusé a intentar. En cuanto a la acción surrealistamisma, estoy tranquilo. Casi no pueden sino pasar sus días condicionándola.
do infecto en que ellos mismos la entienden y comosi desde el punto de vista de lo absoluto pudieratener el menor interés ver cambiar la estructura socialdel mundo o ver pasar el poder de manos de laburguesía a las del proletariado.Si los surrealistas realmente buscaran eso, almenos tendrían una excusa. Su objetivo sería banal
Hacer el balance, hacer el balance en ellos como cualquier Stendhal,esos Amiel de la Revolución comunista. La idea de la Revolución siempreserá para ellos una idea, sin que esta idea, a fuerza de envejecer adquierauna sombra de eficacia.¿Pero acaso no ven que revelan la inanidad del movimiento surrealista,del surrealismo intacto de toda contaminación, cuando sienten lanecesidad de romper su desarrollo interno, su verdadero desarrollo paraapuntalarlo por una adhesión de principio o de hecho al Partido ComunistaFrancés? ¿Era esto aquel movimiento de revuelta, aquel incendio enla base de la realidad? ¿Acaso el surrealismo, para vivir, tenía necesidadde encarnarse en una revuelta de hecho, de confundirse con reivindicaciones concernientes a la jornada de ocho horas, o al reajuste de los salarios o la lucha contra la vida cara? ¡Qué chiste o qué bajeza de alma!Sin embargo es lo que parecen decir, ¡¡¡que esta adhesión al Partido ComunistaFrancés les parecía la continuación lógica del desarrollo de laidea surrealista y su única salvaguarda ideológica!!!Pero yo niego que el desarrollo lógico del surrealismo lo haya llevadohasta esta forma definida de revolución que se entiende bajo el nombrede Marxismo. Siempre pensé que un movimiento tan independiente como el surrealismo no se justificaba con los procedimientos de la lógica ordinaria. Además es una contradicción que no perturba a los surrealistas,dispuestos a no perder nada de todo lo que pueda ser una ventajapara ellos, de todo lo que momentáneamente pueda servirles. Háblenlescon su Lógica, responderán Ilógico, pero digan Ilógico, Desorden, Incoherencia,Libertad, responderán Necesidad, Ley, Obligación, Rigor.Esta mala fe esencial es la base de sus maniobras.
y restringido pero al menos existiría. ¿Pero tienenacaso algún objetivo hacia el que lanzar una acción ycuándo fueron capaces de formularlo?¿Acaso trabajamos con una meta? ¿Trabajamoscon móviles? ¿Creen los surrealistas poder justificarsu expectativa por el simple hecho de la concienciaque tienen?La expectativa no es un estado de ánimo. Cuandono se hace nada no se corre el riesgo de rompersela cara. Pero no es razón suficiente para quehablen de uno.Desprecio demasiado la vida para pensar quecualquier cambio desarrollado en el marco de lasapariencias, pueda cambiar algo de mi detestable condición.Lo que me separa de los surrealistas es queaman tanto la vida como yo la desprecio.Disfrutar en toda ocasión y por todos los poroses el centro de sus obsesiones. Pero el ascetismo nocoincide con la verdadera magia, incluso la más sucia,incluso la más negra. Incluso el gozador diabólicotiene aspectos ascéticos, un cierto espíritu de mortificación.No hablo de sus escritos que son brillantes aunque vanos desde el punto de vista que ellos sostienen. Hablo de su actitud central, del ejemplo de todasu vida. Yo no tengo odio individual. Los rechazo y los condeno en bloque rindiendo a cada uno deellos toda la estima e incluso toda la admiración quemerecen por sus obras o por su inteligencia. En todocaso y desde ese punto de vista no cometeré,como ellos, el infantilismo de darle vuelta la cara aese tema, y de negarles talento porque han dejadode ser mis amigos. Pero felizmente no se trata deeso.Se trata de una ruptura del centro espiritual delmundo, de un desacuerdo de las apariencias, de unatransfiguración de lo posible que el surrealismo debíacontribuir a provocar. Toda materia comienzapor un desarreglo espiritual. Confiar en las cosas, ensus transformaciones, en el cuidado al conducirnoses un punto de vista de torpe obsceno, de aprovechadorde la realidad. Nadie ha comprendido nadanunca y los surrealistas no comprenden y no puedenpreveer adonde los llevará su voluntad de Revolución.Incapaces de imaginar, de representarseuna Revolución que no evolucione dentro de losdesesperantes marcos de la materia, se resguardanen la fatalidad, en cierto azar de debilidad y de impotencia que les es propio, del trabajo de explicar suinercia, su eterna esterilidad.El surrealismo siempre ha sido para mí unanueva forma de magia. La imaginación, el sueño,toda esta intensa liberación del inconsciente quetiene por finalidad hacer aflorar a la superficie delalma lo que habitualmente tiene escondido, debenecesariamente introducir profundas transformacionesen la escala de las apariencias, en el valor designificación y en el simbolismo de lo creado. Loconcreto cambia completamente de vestido, decorteza, no se aplica más a los mismos gestos mentales.El más allá, lo invisible rechaza la realidad. Elmundo ya no se sostiene.Entonces se puede comenzar a calibrar los fantasmas,a rechazar las falsas apariencias.Que la muralla espesa de lo oculto se hunda deuna vez sobre todos esos impotentes charlatanesque consumen su vida en admoniciones y vanasamenazas, sobre esos revolucionarios que no revolucionannada.Esos torpes tratan de convertirmeCiertamente tendré mucha necesidad. Pero al menos yo me re-
3 Ces brutes qu'ils me convient de me convertir. Frase muy oscura, de difíciltraducción. (N. de la T)
conozco inválido y sucio. Aspiro después a otra vida.Y bien pensado, prefiero estar en mi lugar y no en el suyo.
¿Qué queda de la aventura surrealista? Poca cosaademás de una gran esperanza decepcionada, peroen el terreno de la literatura misma tal vez hayanaportado algo.Esa cólera, ese disgusto quemante volcado sobre lacosa escrita constituye una actitud fecunda y que talvez un día, más tarde, sirva. La literatura ha sidopurificada por ella, próxima a la verdad esencial delcerebro. Pero eso es todo. Conquistas positivas al
4 Esta bestialidad de la que hablo y que tanto los subleva es sin embargolo que los caracteriza mejor. Su amor al placer inmediato, es decir a lamateria, les ha hecho perder su primitiva orientación, ese magníficopoder de evasión cuyo secreto creímos nos iban a dispensar. Un espíritude desorden, de mezquina chicana, los impulsa a desgarrarse unos aotros. Ayer, Soupault y yo nos fuimos descorazonados. Antes de ayer,Roger Vitrac, cuya exclusión fue de una de sus primeras cochinadas.Por más que griten en su rincón y digan que no es así, les responderéque para mí el surrealismo siempre ha sido una insidiosa extensión delo invisible, el inconsciente al alcance de la mano. Los tesoros del inconscienteinvisible vueltos palpables, conduciendo la lengua directamente,de un solo golpe.A mí, Rusbroeck, Martínez de Pasqualis, Boehme, me justifican suficientemente.Cualquier acción espiritual si es justa se materializa cuandoes necesario.¡Las condiciones interiores del alma! Pero éstas llevan en sí su investidurade piedra, de verdadera acción. Es un hecho adquirido y adquiridopor sí mismo, irremisiblemente sobreentendido.
margen de la literatura, de las imágenes, no ha habidoy sin embargo era el único hecho importante. Dela buena utilización de los sueños podía nacer unanueva forma de conducir el pensamiento, de mantenerseen medio de las apariencias.La verdad psicológica estaba despojada de todaexcrecencia parasitaria, inútil, aproximada muchomás de cerca. Entonces se vivía con seguridad, perotal vez es una ley de la inteligencia que el abandonode la realidad sólo puede conducir a fantasmas. Enel marco exiguo de nuestro dominio palpable estamosapurados, exigidos de todas partes. Lo hemosvisto bien en esa aberración que llevó a revolucionariosen el plano más alto posible, a literalmenteabandonar ese plano, a dar a la palabra revoluciónsu sentido utilitario práctico, el sentido social que sequiere pretender el único válido, porque nadie quierecontentarse con palabras vanas. Extraña vueltasobre sí mismos, extraño nivelamiento.¿Quién puede creer que anteponer una simpleactitud moral bastará, si esta actitud está enteramentemarcada por la inercia? El interior del surrealismolo conduce hasta la Revolución. Ese es elhecho positivo. La única conclusión eficaz posible(según dicen ellos) y a la que un gran número desurrealistas se ha rehusado a adherir; pero, a losotros, ¿qué les ha dado y qué les ha hecho dar suadhesión al comunismo?No los hizo dar ni un paso. En el círculo cerradode mi persona nunca sentí la necesidad de estamoral del devenir que, parece, revelaría la Revolución.Yo coloco por encima de toda necesidad reallas exigencias lógicas de mi propia realidad.Es la única lógica que me parece válida y no unalógica superior cuyas irradiaciones no me afectansino en tanto tocan mi sensibilidad. No hay disciplinaa la que me sienta forzado a someterme por rigurosoque sea el razonamiento que me lleva aaceptarla.Dos o tres principios de muerte y de vida estánpara mí por encima de toda sumisión precaria. Ycualquier lógica siempre me parecerá prestada.*El surrealismo ha muerto por el sectarismo imbécilde sus adeptos. Lo que queda es una especiede montón híbrido al cual los mismos surrealistasson incapaces de ponerle nombre. Perpetuamentecerca de las apariencias, incapaz de hacer pie en lavida, el surrealismo todavía está buscando su salida,pisoteando sus propias huellas. Impotente para elegirpara decidirse ya sea totalmente hacia la mentira,ya sea totalmente hacia la verdad (verdadera mentirade lo espiritual ilusorio, falsa verdad de lo real inmediato,pero destruible), el surrealismo busca esteinsondable, este indefinible intersticio de la realidaddonde apoyar su palanca, antes poderosa, hoy enmanos de castrados. Pero mi debilidad mental, micobardía bien conocidas se rehúsan a encontrar elmenor interés en las convulsiones que sólo afectanese lado exterior, inmediatamente perceptible de larealidad. Para mí, la metamorfosis exterior es algoque sólo puede estar dado por añadidura. El programasocial, el programa material hacia el que lossurrealistas dirigen sus pobres veleidades de acción,sus odios jamás virtuales a todo, son para mí sólouna representación inútil y sobrentendida.Sé que en el debate actual tengo de mi lado atodos los hombres libres, a todos los verdaderosrevolucionarios que piensan que la libertad individuales un bien superior al de cualquier conquistaobtenida en un plano relativo.¿Mis escrúpulos hacia toda acción real?Estos escrúpulos son absolutos y de dos clases.Hablando absolutamente, apuntan a ese sentido enraizadode la profunda inutilidad de cualquier acciónespontánea o no espontánea.Es el punto de vista del pesimismo integral. Perouna cierta forma de pesimismo lleva en sí su lucidez.La lucidez de la desesperación, de lossentidos exacerbados y como en las orillas de losabismos. Y al lado de la horrible relatividad de cualquieracción humana, esta espontaneidad inconscienteque pese a todo impulsa a la acción.Y también en el terreno equívoco, insondabledel inconsciente, de las señales, de las perspectivas,de las percepciones, toda una vida que crece cuandose establece y se revela aún capaz de turbar el espíritu.Estos son pues nuestros escrúpulos comunes.Pero al parecer ellos se decidieron por la acción.Pero una vez reconocida la necesidad de esta acción,se apresuran a declararse incapaces de ella. Laconfiguración de su pensamiento los aleja parasiempre de este terreno. Y en lo que a mí concierne¿dije alguna vez otra cosa? En mi favor, de todosmodos, circunstancias psicológicas y fisiológicas desesperadamente anormales y en las que ellos nopodrían prevalecer.
Que los surrealistas me hayan expulsado o queyo mismo me haya alejado de sus grotescos simulacros,hace mucho que no es ésa la cuestión.1Me retiré porque estaba harto de una mascaradaque había durado demasiado, por otra parte estabamuy seguro de que en la nueva posición que habían
1 Insistiré apenas sobre el hecho de que los surrealistas no hayan encontradonada mejor para tratar de destruirme que servirse de mis propiosescritos. Es necesario que se sepa que la nota que figura al pie de laspáginas 6 y 7 del artículo «Au grand jour» y que apunta a arruinar losfundamentos de mi actividades es apenas una reproducción pura y simple,la copia apenas disfrazada de fragmentos tomados de textos que yo
les destinaba y donde me ocupaba de poner a la luz su actividad, embutidade odios miserables y de veleidades sin futuro. Esos fragmentos
constituían la materia de un artículo que me rechazaron sucesivamente
dos o tres revistas, entre ellas la N.R.F, por demasiado comprometedor.Poco importa saber por los oficios de qué soplón llegó este artículo a susmanos. Lo esencial es que lo hayan encontrado tan molesto como parasentir la necesidad de neutralizar su efecto. En cuanto a las acusacionesque les destinaba y que me devuelven, dejo a la gente que me conocebien, no ya según su innoble manera, el trabajo de clasificarnos. En elfondo, todas las exasperaciones de nuestra pelea giran alrededor de lapalabra Revolución.
elegido, no menos que en cualquier otra, los surrealistasno harían nada.Y el tiempo y los hechos no tardaron en darmela razón.Uno se pregunta qué puede importarle al mundoque el surrealismo coincida con la Revolución oque la Revolución deba hacerse por fuera y por encimade la aventura surrealista, cuando se considerala poca influencia que los surrealistas han tenidosobre las costumbres y las ideas de esta época.Además, hay todavía una aventura surrealista yacaso no ha muerto el surrealismo el día en queBreton y sus adeptos creyeron que debían adherir alcomunismo y buscar en el terreno de los hechos yde la materia inmediata el resultado de una acciónque normalmente sólo podía desarrollarse dentro delos marcos íntimos de la mente.Creen poder permitirse echarme cuando hablode una metamorfosis de las condiciones interioresdel alma,2 como si yo entendiera el alma en el senti-
2 Como si un hombre que ha sentido de una vez por todas los límites desu acción, que rehúsa comprometerse más allá de lo que él cree que sonesos límites, fuera menos digno de interés, desde el punto de vista revolucionario,que el gritón imaginario que en el mundo asfixiante en el quevivimos, mundo cerrado y para siempre inmóvil, en atención a no sé quéestado insurreccional del cuidado de clasificar los actos y los gestos quetodos saben bien que no haré.Exactamente eso es lo que me ha hecho vomitar el surrealismo: laconsideración de la impotencia nativa, de la debilidad congénita de esosseñores, opuesta a su actitud perpetuamente ostentatoria, a sus amenazasen el vacío, a sus blasfemias en la nada.¿Y hoy, qué hacen ellos para desplegar una vez más su impotencia, suinvencible esterilidad? Es por haber rehusado a comprometerme más alláde mí mismo, por haber reclamado silencio alrededor mío y por ser fielen pensamiento y en acto a lo que sentía ser mi profunda, mi irremisibleimpotencia que esos señores han juzgado mi presencia inoportuna entreellos. Pero lo que les pareció por encima de todo condenable y blasfematoriofue que no quisiera comprometerme sino conmigo mismo acercade la determinación de mis límites, que exigiera ser dejado libre ydueño de mi propia acción.¿Pero qué me importa toda la Revolución del mundo si sé permanecereternamente doloroso y miserable en el interior de mi propio osario?Que cada hombre no quiera considerar nada más allá de susensibilidad profunda, de su yo íntimo, es para mí el punto de vista de larevolución integral. No hay mejor revolución que la que me beneficia amí y a la gente como yo. Las fuerzas revolucionarias de un movimientocualquiera son aquellas capaces de desarticular el fundamento actual delas cosas, de cambiar el ángulo de la realidad.Pero en una carta escrita a los comunistas, ellos confiesan su absolutafalta de preparación en el terreno en el que acaban de comprometerse.Más aún, que el tipo de actividad que se les pide es inconciliable consu propio espíritu. Y es aquí que ellos y yo, sea lo que sea, nos volvemosa reunir al menos en parte en una inhibición esencialmente similar aunque debida a causas graves en otro sentido, en otro sentido significativaspara mí que para ellos. Se reconocen finalmente incapaces de hacer loque yo siempre me rehusé a intentar. En cuanto a la acción surrealistamisma, estoy tranquilo. Casi no pueden sino pasar sus días condicionándola.
do infecto en que ellos mismos la entienden y comosi desde el punto de vista de lo absoluto pudieratener el menor interés ver cambiar la estructura socialdel mundo o ver pasar el poder de manos de laburguesía a las del proletariado.Si los surrealistas realmente buscaran eso, almenos tendrían una excusa. Su objetivo sería banal
Hacer el balance, hacer el balance en ellos como cualquier Stendhal,esos Amiel de la Revolución comunista. La idea de la Revolución siempreserá para ellos una idea, sin que esta idea, a fuerza de envejecer adquierauna sombra de eficacia.¿Pero acaso no ven que revelan la inanidad del movimiento surrealista,del surrealismo intacto de toda contaminación, cuando sienten lanecesidad de romper su desarrollo interno, su verdadero desarrollo paraapuntalarlo por una adhesión de principio o de hecho al Partido ComunistaFrancés? ¿Era esto aquel movimiento de revuelta, aquel incendio enla base de la realidad? ¿Acaso el surrealismo, para vivir, tenía necesidadde encarnarse en una revuelta de hecho, de confundirse con reivindicaciones concernientes a la jornada de ocho horas, o al reajuste de los salarios o la lucha contra la vida cara? ¡Qué chiste o qué bajeza de alma!Sin embargo es lo que parecen decir, ¡¡¡que esta adhesión al Partido ComunistaFrancés les parecía la continuación lógica del desarrollo de laidea surrealista y su única salvaguarda ideológica!!!Pero yo niego que el desarrollo lógico del surrealismo lo haya llevadohasta esta forma definida de revolución que se entiende bajo el nombrede Marxismo. Siempre pensé que un movimiento tan independiente como el surrealismo no se justificaba con los procedimientos de la lógica ordinaria. Además es una contradicción que no perturba a los surrealistas,dispuestos a no perder nada de todo lo que pueda ser una ventajapara ellos, de todo lo que momentáneamente pueda servirles. Háblenlescon su Lógica, responderán Ilógico, pero digan Ilógico, Desorden, Incoherencia,Libertad, responderán Necesidad, Ley, Obligación, Rigor.Esta mala fe esencial es la base de sus maniobras.
y restringido pero al menos existiría. ¿Pero tienenacaso algún objetivo hacia el que lanzar una acción ycuándo fueron capaces de formularlo?¿Acaso trabajamos con una meta? ¿Trabajamoscon móviles? ¿Creen los surrealistas poder justificarsu expectativa por el simple hecho de la concienciaque tienen?La expectativa no es un estado de ánimo. Cuandono se hace nada no se corre el riesgo de rompersela cara. Pero no es razón suficiente para quehablen de uno.Desprecio demasiado la vida para pensar quecualquier cambio desarrollado en el marco de lasapariencias, pueda cambiar algo de mi detestable condición.Lo que me separa de los surrealistas es queaman tanto la vida como yo la desprecio.Disfrutar en toda ocasión y por todos los poroses el centro de sus obsesiones. Pero el ascetismo nocoincide con la verdadera magia, incluso la más sucia,incluso la más negra. Incluso el gozador diabólicotiene aspectos ascéticos, un cierto espíritu de mortificación.No hablo de sus escritos que son brillantes aunque vanos desde el punto de vista que ellos sostienen. Hablo de su actitud central, del ejemplo de todasu vida. Yo no tengo odio individual. Los rechazo y los condeno en bloque rindiendo a cada uno deellos toda la estima e incluso toda la admiración quemerecen por sus obras o por su inteligencia. En todocaso y desde ese punto de vista no cometeré,como ellos, el infantilismo de darle vuelta la cara aese tema, y de negarles talento porque han dejadode ser mis amigos. Pero felizmente no se trata deeso.Se trata de una ruptura del centro espiritual delmundo, de un desacuerdo de las apariencias, de unatransfiguración de lo posible que el surrealismo debíacontribuir a provocar. Toda materia comienzapor un desarreglo espiritual. Confiar en las cosas, ensus transformaciones, en el cuidado al conducirnoses un punto de vista de torpe obsceno, de aprovechadorde la realidad. Nadie ha comprendido nadanunca y los surrealistas no comprenden y no puedenpreveer adonde los llevará su voluntad de Revolución.Incapaces de imaginar, de representarseuna Revolución que no evolucione dentro de losdesesperantes marcos de la materia, se resguardanen la fatalidad, en cierto azar de debilidad y de impotencia que les es propio, del trabajo de explicar suinercia, su eterna esterilidad.El surrealismo siempre ha sido para mí unanueva forma de magia. La imaginación, el sueño,toda esta intensa liberación del inconsciente quetiene por finalidad hacer aflorar a la superficie delalma lo que habitualmente tiene escondido, debenecesariamente introducir profundas transformacionesen la escala de las apariencias, en el valor designificación y en el simbolismo de lo creado. Loconcreto cambia completamente de vestido, decorteza, no se aplica más a los mismos gestos mentales.El más allá, lo invisible rechaza la realidad. Elmundo ya no se sostiene.Entonces se puede comenzar a calibrar los fantasmas,a rechazar las falsas apariencias.Que la muralla espesa de lo oculto se hunda deuna vez sobre todos esos impotentes charlatanesque consumen su vida en admoniciones y vanasamenazas, sobre esos revolucionarios que no revolucionannada.Esos torpes tratan de convertirmeCiertamente tendré mucha necesidad. Pero al menos yo me re-
3 Ces brutes qu'ils me convient de me convertir. Frase muy oscura, de difíciltraducción. (N. de la T)
conozco inválido y sucio. Aspiro después a otra vida.Y bien pensado, prefiero estar en mi lugar y no en el suyo.
¿Qué queda de la aventura surrealista? Poca cosaademás de una gran esperanza decepcionada, peroen el terreno de la literatura misma tal vez hayanaportado algo.Esa cólera, ese disgusto quemante volcado sobre lacosa escrita constituye una actitud fecunda y que talvez un día, más tarde, sirva. La literatura ha sidopurificada por ella, próxima a la verdad esencial delcerebro. Pero eso es todo. Conquistas positivas al
4 Esta bestialidad de la que hablo y que tanto los subleva es sin embargolo que los caracteriza mejor. Su amor al placer inmediato, es decir a lamateria, les ha hecho perder su primitiva orientación, ese magníficopoder de evasión cuyo secreto creímos nos iban a dispensar. Un espíritude desorden, de mezquina chicana, los impulsa a desgarrarse unos aotros. Ayer, Soupault y yo nos fuimos descorazonados. Antes de ayer,Roger Vitrac, cuya exclusión fue de una de sus primeras cochinadas.Por más que griten en su rincón y digan que no es así, les responderéque para mí el surrealismo siempre ha sido una insidiosa extensión delo invisible, el inconsciente al alcance de la mano. Los tesoros del inconscienteinvisible vueltos palpables, conduciendo la lengua directamente,de un solo golpe.A mí, Rusbroeck, Martínez de Pasqualis, Boehme, me justifican suficientemente.Cualquier acción espiritual si es justa se materializa cuandoes necesario.¡Las condiciones interiores del alma! Pero éstas llevan en sí su investidurade piedra, de verdadera acción. Es un hecho adquirido y adquiridopor sí mismo, irremisiblemente sobreentendido.
margen de la literatura, de las imágenes, no ha habidoy sin embargo era el único hecho importante. Dela buena utilización de los sueños podía nacer unanueva forma de conducir el pensamiento, de mantenerseen medio de las apariencias.La verdad psicológica estaba despojada de todaexcrecencia parasitaria, inútil, aproximada muchomás de cerca. Entonces se vivía con seguridad, perotal vez es una ley de la inteligencia que el abandonode la realidad sólo puede conducir a fantasmas. Enel marco exiguo de nuestro dominio palpable estamosapurados, exigidos de todas partes. Lo hemosvisto bien en esa aberración que llevó a revolucionariosen el plano más alto posible, a literalmenteabandonar ese plano, a dar a la palabra revoluciónsu sentido utilitario práctico, el sentido social que sequiere pretender el único válido, porque nadie quierecontentarse con palabras vanas. Extraña vueltasobre sí mismos, extraño nivelamiento.¿Quién puede creer que anteponer una simpleactitud moral bastará, si esta actitud está enteramentemarcada por la inercia? El interior del surrealismolo conduce hasta la Revolución. Ese es elhecho positivo. La única conclusión eficaz posible(según dicen ellos) y a la que un gran número desurrealistas se ha rehusado a adherir; pero, a losotros, ¿qué les ha dado y qué les ha hecho dar suadhesión al comunismo?No los hizo dar ni un paso. En el círculo cerradode mi persona nunca sentí la necesidad de estamoral del devenir que, parece, revelaría la Revolución.Yo coloco por encima de toda necesidad reallas exigencias lógicas de mi propia realidad.Es la única lógica que me parece válida y no unalógica superior cuyas irradiaciones no me afectansino en tanto tocan mi sensibilidad. No hay disciplinaa la que me sienta forzado a someterme por rigurosoque sea el razonamiento que me lleva aaceptarla.Dos o tres principios de muerte y de vida estánpara mí por encima de toda sumisión precaria. Ycualquier lógica siempre me parecerá prestada.*El surrealismo ha muerto por el sectarismo imbécilde sus adeptos. Lo que queda es una especiede montón híbrido al cual los mismos surrealistasson incapaces de ponerle nombre. Perpetuamentecerca de las apariencias, incapaz de hacer pie en lavida, el surrealismo todavía está buscando su salida,pisoteando sus propias huellas. Impotente para elegirpara decidirse ya sea totalmente hacia la mentira,ya sea totalmente hacia la verdad (verdadera mentirade lo espiritual ilusorio, falsa verdad de lo real inmediato,pero destruible), el surrealismo busca esteinsondable, este indefinible intersticio de la realidaddonde apoyar su palanca, antes poderosa, hoy enmanos de castrados. Pero mi debilidad mental, micobardía bien conocidas se rehúsan a encontrar elmenor interés en las convulsiones que sólo afectanese lado exterior, inmediatamente perceptible de larealidad. Para mí, la metamorfosis exterior es algoque sólo puede estar dado por añadidura. El programasocial, el programa material hacia el que lossurrealistas dirigen sus pobres veleidades de acción,sus odios jamás virtuales a todo, son para mí sólouna representación inútil y sobrentendida.Sé que en el debate actual tengo de mi lado atodos los hombres libres, a todos los verdaderosrevolucionarios que piensan que la libertad individuales un bien superior al de cualquier conquistaobtenida en un plano relativo.¿Mis escrúpulos hacia toda acción real?Estos escrúpulos son absolutos y de dos clases.Hablando absolutamente, apuntan a ese sentido enraizadode la profunda inutilidad de cualquier acciónespontánea o no espontánea.Es el punto de vista del pesimismo integral. Perouna cierta forma de pesimismo lleva en sí su lucidez.La lucidez de la desesperación, de lossentidos exacerbados y como en las orillas de losabismos. Y al lado de la horrible relatividad de cualquieracción humana, esta espontaneidad inconscienteque pese a todo impulsa a la acción.Y también en el terreno equívoco, insondabledel inconsciente, de las señales, de las perspectivas,de las percepciones, toda una vida que crece cuandose establece y se revela aún capaz de turbar el espíritu.Estos son pues nuestros escrúpulos comunes.Pero al parecer ellos se decidieron por la acción.Pero una vez reconocida la necesidad de esta acción,se apresuran a declararse incapaces de ella. Laconfiguración de su pensamiento los aleja parasiempre de este terreno. Y en lo que a mí concierne¿dije alguna vez otra cosa? En mi favor, de todosmodos, circunstancias psicológicas y fisiológicas desesperadamente anormales y en las que ellos nopodrían prevalecer.
Se aproximan al futuro nuevo
Algunos presentes ya vividos
Como esos otros pasados recientes,
Presagios de lo que vendrá
Recuerdos de ese más adelante
Maldito deja vu
Que no me deja ser, creo,
Gris espera, esperando,
Y sin mi cuerda voluntad,
Aumentan o disminuyen,
Pasan y pasan sin preguntar,
Casi sin cesar, una tras otra,
Aunque pareciera muy lentamente,
Las horas y las noches de esta vida
Que son y son y después también serán
Parte de nosotros mismos
Y solo de ahí, nos parimos,
Nos generamos, crecemos,
Como únicamente podemos,
Y en una de esas solo moriremos
Sin florecer.
Algunos presentes ya vividos
Como esos otros pasados recientes,
Presagios de lo que vendrá
Recuerdos de ese más adelante
Maldito deja vu
Que no me deja ser, creo,
Gris espera, esperando,
Y sin mi cuerda voluntad,
Aumentan o disminuyen,
Pasan y pasan sin preguntar,
Casi sin cesar, una tras otra,
Aunque pareciera muy lentamente,
Las horas y las noches de esta vida
Que son y son y después también serán
Parte de nosotros mismos
Y solo de ahí, nos parimos,
Nos generamos, crecemos,
Como únicamente podemos,
Y en una de esas solo moriremos
Sin florecer.
jueves, 3 de diciembre de 2009
Es mi cuerpo el que toca tu piel,
son mis dedos los que acarician y
recorren cada lugar de tu cuerpo...
son mis labios los que te besan
es mi desnudez...
es tu desnudez......
tomas tus dedos entre los míos
y les enseñas el camino
de cada centímetro de tu pecho varonil
mi piel responde...
también tu hombría erguida y desnuda...
con el sabor de tu boca despierto...
con el calor del deseo duermo...
estas ahí...
estoy ahí…
para ofrecernos al placer,
lentamente te acercas a mis piernas,
me sientes...
y yo también
percibes el aroma del deseo,
entre nosotros,
te acercas mas....
te oprimo, suavemente,
para que escuches como corre mi sangre
te ofrezco colmar los deseos...
y te dejo solo así,
beber de mi miel...
son mis dedos los que acarician y
recorren cada lugar de tu cuerpo...
son mis labios los que te besan
es mi desnudez...
es tu desnudez......
tomas tus dedos entre los míos
y les enseñas el camino
de cada centímetro de tu pecho varonil
mi piel responde...
también tu hombría erguida y desnuda...
con el sabor de tu boca despierto...
con el calor del deseo duermo...
estas ahí...
estoy ahí…
para ofrecernos al placer,
lentamente te acercas a mis piernas,
me sientes...
y yo también
percibes el aroma del deseo,
entre nosotros,
te acercas mas....
te oprimo, suavemente,
para que escuches como corre mi sangre
te ofrezco colmar los deseos...
y te dejo solo así,
beber de mi miel...
miedo
Miedo de buscarte, miedo de encontrarte, de tenerte, de perderte, de morirme, de olvidarte, de olvidarme, de olvidarnos, de los huecos, de las horas, del retraso, de esperarte, de esperarme, de buscarnos, miedo de la prisa, de la calma, de los nervios, del no se, del intentarlo.Miedo del hueco, de los turnos, de ciudades, del viento con las cartas, del correo, miedo de palabras que me faltan, de unas que no entiendo, de otras que debería haberte dicho, de las que no puedo, podía, podré, tendría, miedo, sin tartas, sin cruasanes, sin bizcochos, miedo a Sabina, a Bob, y a Calamaro, miedo a pastillas contra el miedo....miedo a no soñar.....Miedo a cenar estando sola, a comer sin nadie, con prisa y en silencio. Miedo a una playa, y a otra que falta por venir, Miedo a empezar, a los empieces, a las pausas, a los fines, a los planes, a las veces, al contrato, miedo a los espejos, a las fotos, miedo al sueño, a la sed, al hambre, a caerme por èl...miedo a carme.....Miedo al vértigo, a la altura, al estrés, a las miradas, al verbo, a las palabras, a decirte, a inventar, a colocar, descolocarme, miedo a tener que no tenerte, miedo al miedo, a montar en bici y acordarme, y a caerme, y a correr, y a hacerme daño sin saber porqué, cómo, cuándo, miedo a las heridas, a los coches, miedo al destierro estando en el mismo sitio, miedo al mar, a la gente, miedo a caminar sin nada ni nadie que me agarre, miedo a dormir, y a soñar, a despertarme y ver que el sueño no está ni estuvo nunca, miedo a llorar, a darme cuenta, al sol, al día, a cada noche, miedo al dragón y a las príncipes, miedo a la verdad, a la mentira, a las bromas, el reloj, y a las fechas, miedo al calendario.Miedo, miedo, miedo....a no tener miedo...a no saber escaparle a las cosas que me hacen sufrir...a mirar a los ojos a alguien sin miedo....miedo a vivir...Sin vos....
viernes, 27 de noviembre de 2009
si me llamas
Si me observas, si me llamas con tu deseo, será entre sueños y realidad que llevaré mi flor hasta ti, para ponerla en tus labios y que ésta te cierre los ojos con un beso. Así nos quedaremos bajo nuestras sábanas y respirarás mi aliento y dormiremos abrazados sin importarnos el nombre del sol que nos despierte.Besaré cada caricia que dibujes en mi cuerpo y mis manos se abrirán paso a cada oculto lugar que se esconde debajo de tu ropa. Luego te abrigaré con mi piel y allí olvidaré mis lágrimas. Mis labios trazarán en ti el camino a la gloria y morderé cada suspiro tuyo para hacerlo mío. Y será cuando apoye mi pecho contra el tuyo que nuestros corazones bailen juntos, al son de la música que emana de cada rincón de tu pasión y de la mía. Absorberé cada uno de tus espasmos amorosos para sentirte nadar en mis entrañas mientras te abrazo con mis caderas. Y sabré que existe el paraíso cuando nuestros cuerpos sean sólo uno, cuando toda tu esencia se deshaga en mí, como yo me deshago en ti inmersos en sudores y placer.Si me llamas con tu deseo, si solo me observas, serán nuestros sueños quienes me den las alas para seguir viviendo...
miércoles, 25 de noviembre de 2009
martes, 24 de noviembre de 2009
TODO MUY CLARO
Hoy vi nacer una flor y vi caer un arbol…
vi como el rio siguio su curso hasta el oceano,
vi como todo cerro y todo quedo tan claro,
No pude más que reir de lo estipulado
aunque paresca un cuento oscuro.
No pude mas que reir de lo estipulado
parece un cuento oscuro.
La flor, un ángel que vino directo del cielo
el árbol que se cayo, fue el hombre que aprovecho
y regreso en ese vuelo;
ahí todo cerro y todo quedo tan claro
vi como el rio siguió su curso.
No pude mas que reir de lo estipulado
parece un cuento oscuro
aveces la sorpresa te toma por sorpresa, aveces…aveces.
guatusi
LULA
Lula lloraba piedras de rubí,
tan saladas como lagrimas;
ellas se quedaron para siempre a vivir
como tatuadas en su cara.
Era una persona medio loca,
como vos, como yo, como cualquiera.T
enia bastantes años sobre este mundo,
pero igual me vio y no supo que decir;
Sus ojos me miraban con esa expresión,
esa redondez y esas lágrimas.
No te preocupes le dije yo,
no te sientas mal por mi,
que en este puzzle que nos da la vida para resolver
no preciso piernas para andar,
no hacen falta ojos para ver.
Y usando solo el diez por cien de mi cerebro escaso
me sobra la mente para saber que a todos nos falta un pedazo, a todos…
que no lo trajimos al venir,
o que un amor se lo robo,
o un hijo de puta nos violo,
o lo perdimos por ahí,
y el que no aprende a vivir asi
se queda como Lula
que lloraba piedras de rubí
viernes, 20 de noviembre de 2009
Una y otra vez, y una vez más
Quisiera viajar por las vacías horas de esta existencia, visitarme desde arriba
Y verme como soy de lejos para saber, porque la vida duele, porque
Me desarmo en cada trozo de mi cuerpo y siento llorar la carne que abrigó
Una esperanza, en el amor
Quisiera esconderme en las tinieblas, tapar mis ojos y mi rostro,
Sentirme fantasma con segundos de vida en medio de este mundo que lastima,
con su crueldad infinita y no ver, no escuchar las voces de quienes, no sienten hablar, ni sienten sentir....
sin brújula, sin norte, sin caminos definidos, sin soñar futuros quiero seguir, viviendo
presentes confusos, pero míos.... me miento a mí para no ver lo que sucede...no sé que sucede...pero ansió vivir...sacar la mascara...abrir los ojos...
Quisiera poder aprender a que no me perturben los silencios, a no escuchar las
Palabras a las que no encuentro en mi diccionario , quisiera envolverme en tempestades
De letras, de palabras mudas , de besos y abrazos.. de manos y de pieles sin misteriosos cuestionamientos..
Quisiera que me sacudas las ideas grises de mi ser ,haciendo que caiga desde donde estoy observándome, a la realidad ..
pero sostenida por tus brazos....abrazada....sostenida...es como pedir demasiado
O seria como no pedir...no pido..ni espero....ahora ya ni hablo..ni pienso.
Y en esta espera sin espera, me visto de duelo confusa y efímera
jueves, 19 de noviembre de 2009
miércoles, 18 de noviembre de 2009
lunes, 16 de noviembre de 2009
Nocturno...
NOCTURNO
. . . Fuera, la noche en veste de tragedia solloza
Como una enorme viuda pegada á mís cristales.
. . .Mi cuarto:...
Por un bello milagro de la luz y del fuego
Mi cuarto es una gruta de oro y gemas raras:
Tiene un musgo tan suave, tan hondo de tapices,
Y es tan vívida y cálida tan dulce que me creo
Dentro de un corazón...
Mi lecho que está en blanco es blanco y vaporoso
Como flor de inocencia,
Como espuma de vicio!
. . . Esta noche hace insomnio;
Hay noches negras, negras, que llevan en la frente
Una rosa de sol...
En estas noches negras y claras no se duerme.
. . . Y yo te amo, Invierno!
Yo te imagino viejo,
Yo te imagino sabio,
Con un divino cuerpo de mármol palpitante
Que arrastra como un manto regio el peso del Tiempo...
Invierno, yo te amo y soy la primavera...
Yo sonroso, tú nievas:
Tú porque todo sabes,
Yo porque todo sueño...
...Amémosnos por eso!...
. . . Sobre mi lecho en blanco,
Tan blanco y vaporoso como flor de inocencia,
Como espuma de vicio,
Invierno, Invierno, Invierno,
Caígamos en un ramo de rosas y de lirios !
fiera de amor
FIERA DE AMOR
. . .Fiera de amor, yo sufro hambre de corazones.
De palomos, de buitres, de corzos ó leones,
No hay manjar que más tiente, no hay más grato sabor,
Había ya estragado mis garras y mi instinto,
Cuando erguida en la casi ultratierra de un plinto,
Me deslumbró una estatua de antiguo emperador.
.
. . .Y crecí de entusiasmo; por el tronco de piedra
Ascendió mi deseo como fulmínea hiedra
Hasta el pecho, nutrido en nieve al parecer;
Y calmé al imposible corazón... la escultura
Su gloria custodiaba serenísima y pura,
Con la frente en Mañana y la planta en Ayer.
.
. . .Perenne mi deseo, en el tronco de piedra
Ha quedado prendido como sangrienta hiedra;
Y desde entonces muerdo soñando un corazón
De estatua, presa suma para mi garra bella;
No es ni carne ni mármol: una pasta de estrella
Sin sangre, sin calor y sin palpitación...
.
. . .Con la esencia de una sobrehumana pasión!
te cuento de Delmira...
Esbozo biografico
“Fiera de amor, yo sufro hambre de corazones de palomos, de buitres, de corzos o leones” rugía la uruguaya delmira agustini y estremecía con su poesía erótica a toda la burguesa sociedad rioplatense de 1900.
Muy lejos de cualquier estereotipo, La Fiera venía en el envase de una joven rubia, de ojos claros, menuda y suave “como un angel encarnado, lleno de encanto e inocencia” según los dichos de sus contemporáneos.Era la hija mimada de Santiago Agustini y María Murtfeldt, una acomodada familia de Montevideo que se enorgullecía de esa niña buena y obediente, sencilla, recatada y dulce.Superdotada en lírica, Delmira comenzó a componer versos a los diez años y recibió de sus padres la instrucción básica y clases privadas de francés, pintura y música, en un ambiente de cariño e idolatría hacia sus condiciones naturales.En lo exterior era la perfecta señorita consentida de principios de siglo. Pero fue en su interior erótico y trágico, donde Agustini encontró su “Safo”, rompió con la clausura del pudor impuesto a la voz femenina, y se convirtió en la poetisa más destacada del Modernismo.
“De todas las mujeres que hoy escriben en verso, ninguna ha impresionado mi ánimo como Delmira Agustini...es la primera vez que en lengua castellana aparece un alma femenina en el orgullo de su inocencia y de su amor...Ruben Dario
Por las noches Delmira era una verdadera sacerdotisa de Eros. Escribía en un estado de hiperestesia, poemas de la más apasionada sensualidad y sexualidad, como ninguna mujer del mundo hispano antes que ella. Y por supuesto, dejaba perplejos y pasmados a todos sus contemporáneos, menos a su sobreprotectora madre y al padre, quien se encargaba de pasar en limpio y ordenar la poesía de su hija, con letra impecable y caligráfica.
“Delmira Agustini escribía en trance. Había cantado a las fiebres del amor sin pacatos disimulos, y había sido condenada por quienes castigan en las mujeres lo que en los hombres aplauden, porque la castidad es un deber femenino y el deseo, como la razón, un privilegio masculino…”Eduardo Galeano
Pero a pesar de su extremado erotismo, esta Fiera no había conocido el verdadero amor. Y cuando Enrique Job Reyes, un noble negociante de ganado caballar llegó a su vida, Delmira, lo elevó hasta la cúspide de sus fantasías.Se casaron un 14 de agosto de 1913 y antes de cumplir un mes y medio de la boda, La mujer abandonaba al flamante marido y se refugiaba en la casa paterna diciendo que estaba “huyendo de tanta vulgaridad”.Algunos dijeron que se había enamorado del escritor argentino Manuel Ugarte, con quien se escribía y solía ver en Montevideo. Pero lo cierto es que apenas entabló la demanda de divorcio, Delmira comenzó a frecuentar a su marido como amante, frecuentemente y en distintos hoteles. Quizás en ese amor clandestino y misterioso, sus gritos encendidos de bacante y su voluptuosidad encontraran la satisfacción que el matrimonio le había negado.En la tarde del 6 de julio de 1914, Delmira acudió a una última cita de amor con su ex-marido en una habitación alquilada. “Para mi vida hambrienta, eres la presa única” había escrito, pero nunca sabremos si Reyes fue o no su presa.En esa cita el hombre asesinó a La Fiera con dos balazos y luego se suicidó.
“Yo muero extrañamente...No me mata la Vida, No me mata la Muerte, no me mata el Amor; Muero de un pensamiento mudo como una herida”.Delmira Agustini.1886-1914
Enlaces de interés:Poemas: http://www.poesiaspoemas.com/delmira-agustini
te cuento de ...
Esbozo biografico
"James Joyce y la pesadilla de la historia"
Por Andrés Pérez Simón
El autor de Ulises, la obra que marcó un antes y un después en la literatura del siglo XX, tuvo que vivir su particular odisea para crecer como artista y permanecer alejado de las tumultuosas circunstancias políticas que siempre lo rodearon. James Joyce, nacido en Dublín en el año 1882, vivió muy de cerca el movimiento nacionalista irlandés, pero le bastó muy poco tiempo para darse cuenta de que la política suponía el mayor peligro para sus ambiciones literarias. Con sólo nueve años de edad, Joyce escribió un poema titulado Et tu, Healy, en el que acusaba al nacionalista Tim Healy de conspirar con el clero para provocar la caída de Charles Stuart Parnell. A pesar de su corta edad, Joyce ya había encontrado la palabra con la que se referiría durante toda su vida a las intrigas por el poder en Irlanda: traición.En la década de los 70, Parnell trabajó para bloquear sistemáticamente las decisiones de la Casa de los Comunes y, con ello, despertar la atención en Londres sobre la cuestión irlandesa. El Partido Irlandés, formación que encabezaba y que estaba integrada exclusivamente por protestantes como él -los católicos no podían participar en política- logró que el gobierno central tomara en cuenta sus reivindicaciones en torno a un estatuto de autonomía (Home Rule). En 1886, el Primer Ministro William Gladstone, del Partido Liberal, sometió a votación el proyecto, que resultó finalmente rechazado. Recordando esta época de la política nacional, Joyce siempre pensó que la toma en consideración del Home Rule no fue sino una maniobra calculada por Gladstone para ganar tiempo y simpatías en Dublín, lo que quedó demostrado tras el fallido intento del Partido Liberal para incorporar a Parnell a sus filas. En 1889, al trascender públicamente la relación amorosa del político con una mujer casada, el Ejecutivo inglés utilizó la situación para situar al Partido Irlandés ante la tesitura de elegir entre el carismático líder y la aprobación del Home Rule. La iglesia católica, que había perdido peso en la política irlandesa ante la emergente figura de Parnell, aprovechó el escándalo para promover su condena política. En 1891, dos años después de su caída, el depuesto líder murió en Dublín.No se conserva el poema que Joyce escribió siendo un niño, pero sí hay constancia documental de su posicionamiento ante el fenómeno nacionalista en sus años de juventud. Durante su estancia en la universidad, asistió al nacimiento y desarrollo de un movimiento literario con ambiciones de cimentarse sobre una identidad específicamente irlandesa. En 1892, el poeta William Butler Yeats había fundado la Sociedad Literaria Nacional, con el objetivo de ‘purificar’ Irlanda de cualquier manifestación inglesa en el arte. Un año después apareció la Liga Gaélica, de gran arraigo entre los estudiantes de final de siglo, si bien fue precisamente James Joyce uno de los pocos que no se adhirieron a ella bajo la premisa de salvaguardar ante todo su independencia artística. En 1901 pagó de su propio bolsillo un panfleto en el que, bajo el título de El día del populacho, criticaba el provincianismo a la hora de escoger obras de teatro: Yeats anteponía la exaltación de lo irlandés en lugar de ampliar horizontes con autores que, en opinión de Joyce, podían “acercar Irlanda a Europa”. En Stephen Hero, borrador de Retrato del artista adolescente, Joyce transcribió las críticas recibidas por su rechazo al fomento de una literatura nacionalista: “Un hombre que se dice de todos los países en realidad no tiene ninguno. Antes de tu arte, debes contar con una nación”, le reprochaban a Stephen Dedalus, alter ego del autor en lo referido a cuestiones estéticas. El personaje de Dedalus reaparecería después en el citado Retrato y en Ulises, su obra más conocida.Exilio en la Europa continental Joyce marchó hacia París en 1902 para huir de las redes que le impedían desarrollarse como artista: nacionalidad, lengua y religión. Su estancia en la capital francesa apenas se prolongó unos meses, ya que tuvo que volver a Dublín por la muerte de su madre, ante quien se negó a rezar por su alma en sus últimos estertores. Joyce tenía claro que no debía capitular ante un catolicismo que impregnaba toda manifestación vital y artística, por lo que en 1904 abandonó definitivamente Irlanda junto a Nora Barnacle, una joven a la que había conocido hacía poco tiempo y con la que compartiría el resto de su vida. La pareja se instaló en Trieste, por entonces ciudad del Imperio Austro-Húngaro, donde Joyce pudo malvivir impartiendo clases de inglés. Pero Irlanda nunca abandonó al escritor, quien eligió Dublín como espacio de sus tres obras más famosas. Entre 1904 y 1907 escribió la colección de relatos Dublineses, estampas que reflejaban la sensación de inmovilidad que le atenazaba en la capital irlandesa. En una carta a su editor explicaba: “Mi intención era escribir un capítulo de la historia moral de mi país y escogí como escenario Dublín porque esa ciudad me parecía el centro de la parálisis”. Nadie quería imprimir la obra porque la censura afectaba a editores e impresores, pero Joyce se negó a rectificar su supuesto lenguaje blasfemo e inmoral porque, para él, eso suponía una traición a su empeño de reflejar la realidad de la nación. Siete años después de terminar Dublineses, Joyce pudo ver publicada su primera obra en prosa y, paradójicamente, no fue impresa en Dublín sino en Londres. Las ‘blasfemas’ alusiones a la Iglesia Católica y la aparición de numerosos personajes reales en los relatos hacían imposible la distribución de esta obra en la ciudad que lo vio nacer.Durante sus años en Trieste, en los que terminó la redacción de Dublineses, transformó Stephen Hero en Retrato del artista adolescente y se propuso iniciar Ulises, Joyce hizo gala de un socialismo sui géneris: el Estado debería subvencionar a los escritores que, como él, pasaban hambre en el mundo capitalista. Joyce, según su primer biógrafo, había abandonado El Capital tras leer la primera línea, que le pareció absurda. Su particular socialismo era más una reacción a la jerarquía eclesiástica que un sincero posicionamiento político.Tras el estallido de la Primera Guerra Mundial, Joyce se negó a abandonar Trieste, ciudad en la que había vivido casi sin interrupción desde 1907 y en la que habían nacido sus hijos Giorgio y Lucia. Sólo a finales de 1915 se trasladó con su familia a Zurich, en la neutral Suiza, tras comprometerse el escritor con las autoridades austriacas a no tomar parte en la contienda. No le costó demasiado cumplir con su palabra, pues estaba demasiado ocupado en gestionar la publicación de sus escritos y en pagar sus excesivos gastos en los bulliciosos cafés literarios. Tras su regreso a Trieste en 1919, que pasó a ser territorio italiano tras la desmembración de Austria-Hungría, respondía así a los conocidos que le preguntaban sobre cómo había vivido la Primera Guerra Mundial. “Ah, sí, me dijeron que había una guerra en Europa”.Pese a su aparente desdén, lo cierto es que la Gran Guerra había condicionado la situación política de Irlanda hasta el punto de interesar notablemente al escritor. En diciembre de 1914, poco antes de la restricción de la libertad de prensa por lo excepcional del periodo, el Sinn Fein había hecho públicas sus tesis acerca del conflicto. Para los nacionalistas irlandeses, era Inglaterra la que estaba en guerra, y no Irlanda, ya que ésta última no contaba con una Constitución o un Gobierno a los que defender. Aunque decía detestar enormemente la política, lo cierto es que la cuestión nacional nunca había dejado de preocupar a Joyce, como probaron los artículos favorables al Sinn Fein que publicó antes de la guerra en Trieste. Coincidiendo con el conflicto bélico tuvo lugar en Dublín el conocido como Levantamiento de Pascua, en 1916, que se saldó con la ejecución de cientos de nacionalistas irlandeses, entre ellos un viejo amigo de Joyce que trataba de impedir las matanzas por parte del ejército británico. Esta muerte afectó profundamente a un Joyce que, durante sus años en la neutral Suiza, llegó a odiar más que nunca a la corona británica. Tuvo frecuentes discusiones con el consulado y sus malas relaciones con los diplomáticos ingleses le hicieron correr el riesgo de ser llamado a filas.Por su situación personal y su posicionamiento ideológico, no resulta extraño que Joyce mostrara una gran alegría cuando el gobierno de Londres dejó de reclutar irlandeses para la Gran Guerra. Pero su identificación con el movimiento nacionalista, siempre desde la distancia, se atemperó tras terminar la contienda. Rechazaba el emergente patriotismo mientras preguntaba: “¿Moriría Irlanda por mí?”. En la misma línea provocadora, se consideraba a sí mismo como un héroe de la Primera Guerra Mundial por haber escrito Ulises.El reconocimiento de Irlanda como Estado Libre, en diciembre de 1921, no despertó en Joyce ningún interés por regresar a una tierra que no había pisado desde 1912. Con estas palabras zanjó para siempre su posición ante sus orígenes: “No serviré por más tiempo a aquello en lo que no creo, llámese mi hogar, mi patria o mi religión. Y trataré de expresarme de algún modo en vida y arte, tan libremente como me sea posible”. Eran palabras pronunciadas por Stephen Dedalus en Retrato del artista adolescente, novela publicada a finales de 1916 gracias a su creciente reputación en los círculos literarios de Francia y EEUU. Entre 1918 y 1920 se publicaron capítulos de Ulises por entregas en una revista norteamericana, pero la Sociedad para la Prevención del Vicio en Nueva York puso en marcha un proceso al considerar los textos inmorales y obscenos. En 1921 se prohibió la entrada del libro, de aparición inminente, en Estados Unidos, a pesar de los argumentos del editor y abogado John Quinn, quien mantenía que se trataba de una obra tan oscura e inaccesible que no podría escandalizar a nadie.Completamente dedicado a la mastodóntica obra que era Ulises, Joyce no encontraba en Trieste el ambiente ideal para conseguir la celebridad literaria a la que aspiraba, por lo que en 1920 decidió dejar la ciudad, a la que había vuelto tras su paréntesis obligado en Zürich. En un principio pensó instalarse en Londres, ciudad en la que los editores le habían dispensado un trato literario infinitamente más amable que en la provinciana Dublín. Lo que verdaderamente le importaba, y a lo que consagró toda su vida, era alcanzar la libertad artística, como proclamaba Stephen Dedalus en el Retrato. Antes de marchar a Londres prefirió visitar París para conocer a escritores y editores, pero lo que pretendía ser una estancia de dos semanas terminó prolongándose hasta 1939, fecha en la que el escritor y su familia se vieron forzados a abandonar la capital francesa a consecuencia del estallido de la Segunda Guerra Mundial.James Joyce consiguió ver publicado Ulises en Francia gracias al empeño personal de la norteamericana Sylvia Beach, dueña de una librería y ferviente admiradora de una novela que no encontraba editor en las islas británicas. La primera edición de Ulises apareció en París el día del cuarenta cumpleaños de su autor (2 de febrero de 1922). Antes de que el libro fuera admitido en Estados Unidos en 1933, después de un fallo judicial histórico para la literatura del siglo XX, ya circulaban traducciones al alemán, francés, checo y japonés. En 1936 se autorizó su publicación en Gran Bretaña y, como para dar la razón a Joyce aun después de su muerte en 1942, Irlanda fue uno de los últimos países en reconocer su innovadora novela: Ulises fue un título proscrito hasta bien entrados los sesenta. Tras el fin de la Guerra Civil irlandesa en 1923, tanto las instituciones como la prensa se dedicaron a promover una literatura nacional sustentada en el carácter católico de la nación. Aunque se pretendió recuperar a Joyce para la causa, era del todo imposible situar el experimentalismo estilístico de Ulises dentro del realismo, norma estética que, al igual que en la España posterior a 1939, regía la producción literaria. El nuevo Estado irlandés exigía unas letras respetuosas con un catolicismo que definía la identidad nacional en oposición al anglicanismo, pero el James Joyce que empezaba a gozar de fama en París no tenía motivo alguno para someterse a los dictados oficiales de la patria.La Segunda Guerra MundialEn la década de los 30 circularon en diversas revistas de Europa y EE UU fragmentos de lo que luego sería Finnegans Wake, la última obra de Joyce. El auge del fascismo en Europa enturbiaba cada vez más los círculos literarios muy a pesar del autor irlandés, siempre reticente a mezclar política y literatura. Cuando en 1936 le enviaron un cuestionario sobre la Guerra Civil se negó a contestar alegando: “Eso es política. La política se está metiendo en todas partes ahora”. En reuniones con escritores en París, después de haber accedido Hitler al poder en Alemania, solía alabar la capacidad del Führer para conducir a las masas. Pero sus burlescas loas no iban más allá del deseo de ridiculizar las ideologías y los nacionalismos, pues siempre fue Joyce consciente de la terrible realidad nazi: desde 1938 ayudó a conocidos y amigos judíos a huir hacia Irlanda y EE UU.En 1939 apareció Finnegans Wake, un eterno juego de palabras a partir de la teoría del filósofo italiano Giambattista Vico sobre la circularidad de la historia. La repercusión del libro, debido a la turbulenta situación política, fue mínima. Este hecho desagradó enormemente a Joyce quien, más en serio que en broma, llegó a acusar a los gobiernos de haber iniciado la Segunda Guerra Mundial con tal de impedir la lectura de su obra. En agosto de 1938, el escritor había abandonado París, pero después de tres meses en Lausana prefirió hacer caso omiso de lo que se avecinaba tras la crisis de los Sudetes y volvió a París para terminar Finnegans Wake. El 3 de septiembre de 1939 estalló la guerra y Joyce, refugiado entonces en la ciudad de La Barcle, no pudo tener con él a su hija Lucia, que permanecía ingresada en un psiquiátrico de la capital francesa. En el pueblo de Pornichet logró reunir a su mujer, a Lucia y a su hijo Giorgio -éste último en edad de combatir- y finalmente huyeron a Zurich en septiembre de 1940, tres meses después de la ocupación de París. El destino quiso que Joyce se refugiara en la misma ciudad a la que tuvo que acudir tras el inicio de la Primera Guerra Mundial, si bien esta vez contó con muchos más problemas: a la dramática situación de su hija, con graves trastornos psíquicos, se unió la oposición de las autoridades de la Francia ocupada, que lo acusaban de ser judío (como el personaje Leopold Bloom en Ulises). Los testimonios que Joyce pudo recoger en Lausana y en Zurich lo salvaron de ser detenido. Su mejor amigo en París y compañero en la huida de 1939, Paul Léon, decidió volver a París a pesar de la ocupación. Logró salvar documentos personales de Joyce y los hizo llegar al embajador irlandés con la orden de depositarlos en la Biblioteca Nacional de Dublín. Léon, que sí era judío, fue detenido y ejecutado un año después. Zurich, por su condición de ciudad neutral, era el único lugar en Europa en el que un esteta como Joyce podía vivir sus últimos días. En 1941, unos pocos meses después de llegar desde Francia, una úlcera perforada le produjo la muerte. En Irlanda, la prensa nacionalista se hizo amplio eco de su muerte y reivindicó al escritor como ejemplo de ortodoxia nacional. Remitiéndose a una hermana con la que el autor apenas mantenía relación, el conservador diario “Irish Press” destacó el amor de Joyce por las gentes de Dublín y, algo aún más dudoso, el fervor con el que el escritor siguió la Semana Santa durante su estancia en Italia. Hoy día, Joyce es el orgullo de una nación que lo forzó a exiliarse para desarrollar su proyecto artístico. Basta un ejemplo de este uso político de su figura: hace apenas unos meses, miembros del Sinn Fein se fotografiaron junto a una estatua en su memoria para hacer campaña en contra del Tratado de Niza. Oprimido por el catolicismo en Dublín, acosado por dos guerras mundiales en la Europa continental y reconvertido a la causa irlandesa tras su muerte, sólo las palabras de Stephen Dedalus en Ulises pueden mostrarnos al verdadero James Joyce: “La historia es una pesadilla de la que intento despertar”.
"James Joyce y la pesadilla de la historia"
Por Andrés Pérez Simón
El autor de Ulises, la obra que marcó un antes y un después en la literatura del siglo XX, tuvo que vivir su particular odisea para crecer como artista y permanecer alejado de las tumultuosas circunstancias políticas que siempre lo rodearon. James Joyce, nacido en Dublín en el año 1882, vivió muy de cerca el movimiento nacionalista irlandés, pero le bastó muy poco tiempo para darse cuenta de que la política suponía el mayor peligro para sus ambiciones literarias. Con sólo nueve años de edad, Joyce escribió un poema titulado Et tu, Healy, en el que acusaba al nacionalista Tim Healy de conspirar con el clero para provocar la caída de Charles Stuart Parnell. A pesar de su corta edad, Joyce ya había encontrado la palabra con la que se referiría durante toda su vida a las intrigas por el poder en Irlanda: traición.En la década de los 70, Parnell trabajó para bloquear sistemáticamente las decisiones de la Casa de los Comunes y, con ello, despertar la atención en Londres sobre la cuestión irlandesa. El Partido Irlandés, formación que encabezaba y que estaba integrada exclusivamente por protestantes como él -los católicos no podían participar en política- logró que el gobierno central tomara en cuenta sus reivindicaciones en torno a un estatuto de autonomía (Home Rule). En 1886, el Primer Ministro William Gladstone, del Partido Liberal, sometió a votación el proyecto, que resultó finalmente rechazado. Recordando esta época de la política nacional, Joyce siempre pensó que la toma en consideración del Home Rule no fue sino una maniobra calculada por Gladstone para ganar tiempo y simpatías en Dublín, lo que quedó demostrado tras el fallido intento del Partido Liberal para incorporar a Parnell a sus filas. En 1889, al trascender públicamente la relación amorosa del político con una mujer casada, el Ejecutivo inglés utilizó la situación para situar al Partido Irlandés ante la tesitura de elegir entre el carismático líder y la aprobación del Home Rule. La iglesia católica, que había perdido peso en la política irlandesa ante la emergente figura de Parnell, aprovechó el escándalo para promover su condena política. En 1891, dos años después de su caída, el depuesto líder murió en Dublín.No se conserva el poema que Joyce escribió siendo un niño, pero sí hay constancia documental de su posicionamiento ante el fenómeno nacionalista en sus años de juventud. Durante su estancia en la universidad, asistió al nacimiento y desarrollo de un movimiento literario con ambiciones de cimentarse sobre una identidad específicamente irlandesa. En 1892, el poeta William Butler Yeats había fundado la Sociedad Literaria Nacional, con el objetivo de ‘purificar’ Irlanda de cualquier manifestación inglesa en el arte. Un año después apareció la Liga Gaélica, de gran arraigo entre los estudiantes de final de siglo, si bien fue precisamente James Joyce uno de los pocos que no se adhirieron a ella bajo la premisa de salvaguardar ante todo su independencia artística. En 1901 pagó de su propio bolsillo un panfleto en el que, bajo el título de El día del populacho, criticaba el provincianismo a la hora de escoger obras de teatro: Yeats anteponía la exaltación de lo irlandés en lugar de ampliar horizontes con autores que, en opinión de Joyce, podían “acercar Irlanda a Europa”. En Stephen Hero, borrador de Retrato del artista adolescente, Joyce transcribió las críticas recibidas por su rechazo al fomento de una literatura nacionalista: “Un hombre que se dice de todos los países en realidad no tiene ninguno. Antes de tu arte, debes contar con una nación”, le reprochaban a Stephen Dedalus, alter ego del autor en lo referido a cuestiones estéticas. El personaje de Dedalus reaparecería después en el citado Retrato y en Ulises, su obra más conocida.Exilio en la Europa continental Joyce marchó hacia París en 1902 para huir de las redes que le impedían desarrollarse como artista: nacionalidad, lengua y religión. Su estancia en la capital francesa apenas se prolongó unos meses, ya que tuvo que volver a Dublín por la muerte de su madre, ante quien se negó a rezar por su alma en sus últimos estertores. Joyce tenía claro que no debía capitular ante un catolicismo que impregnaba toda manifestación vital y artística, por lo que en 1904 abandonó definitivamente Irlanda junto a Nora Barnacle, una joven a la que había conocido hacía poco tiempo y con la que compartiría el resto de su vida. La pareja se instaló en Trieste, por entonces ciudad del Imperio Austro-Húngaro, donde Joyce pudo malvivir impartiendo clases de inglés. Pero Irlanda nunca abandonó al escritor, quien eligió Dublín como espacio de sus tres obras más famosas. Entre 1904 y 1907 escribió la colección de relatos Dublineses, estampas que reflejaban la sensación de inmovilidad que le atenazaba en la capital irlandesa. En una carta a su editor explicaba: “Mi intención era escribir un capítulo de la historia moral de mi país y escogí como escenario Dublín porque esa ciudad me parecía el centro de la parálisis”. Nadie quería imprimir la obra porque la censura afectaba a editores e impresores, pero Joyce se negó a rectificar su supuesto lenguaje blasfemo e inmoral porque, para él, eso suponía una traición a su empeño de reflejar la realidad de la nación. Siete años después de terminar Dublineses, Joyce pudo ver publicada su primera obra en prosa y, paradójicamente, no fue impresa en Dublín sino en Londres. Las ‘blasfemas’ alusiones a la Iglesia Católica y la aparición de numerosos personajes reales en los relatos hacían imposible la distribución de esta obra en la ciudad que lo vio nacer.Durante sus años en Trieste, en los que terminó la redacción de Dublineses, transformó Stephen Hero en Retrato del artista adolescente y se propuso iniciar Ulises, Joyce hizo gala de un socialismo sui géneris: el Estado debería subvencionar a los escritores que, como él, pasaban hambre en el mundo capitalista. Joyce, según su primer biógrafo, había abandonado El Capital tras leer la primera línea, que le pareció absurda. Su particular socialismo era más una reacción a la jerarquía eclesiástica que un sincero posicionamiento político.Tras el estallido de la Primera Guerra Mundial, Joyce se negó a abandonar Trieste, ciudad en la que había vivido casi sin interrupción desde 1907 y en la que habían nacido sus hijos Giorgio y Lucia. Sólo a finales de 1915 se trasladó con su familia a Zurich, en la neutral Suiza, tras comprometerse el escritor con las autoridades austriacas a no tomar parte en la contienda. No le costó demasiado cumplir con su palabra, pues estaba demasiado ocupado en gestionar la publicación de sus escritos y en pagar sus excesivos gastos en los bulliciosos cafés literarios. Tras su regreso a Trieste en 1919, que pasó a ser territorio italiano tras la desmembración de Austria-Hungría, respondía así a los conocidos que le preguntaban sobre cómo había vivido la Primera Guerra Mundial. “Ah, sí, me dijeron que había una guerra en Europa”.Pese a su aparente desdén, lo cierto es que la Gran Guerra había condicionado la situación política de Irlanda hasta el punto de interesar notablemente al escritor. En diciembre de 1914, poco antes de la restricción de la libertad de prensa por lo excepcional del periodo, el Sinn Fein había hecho públicas sus tesis acerca del conflicto. Para los nacionalistas irlandeses, era Inglaterra la que estaba en guerra, y no Irlanda, ya que ésta última no contaba con una Constitución o un Gobierno a los que defender. Aunque decía detestar enormemente la política, lo cierto es que la cuestión nacional nunca había dejado de preocupar a Joyce, como probaron los artículos favorables al Sinn Fein que publicó antes de la guerra en Trieste. Coincidiendo con el conflicto bélico tuvo lugar en Dublín el conocido como Levantamiento de Pascua, en 1916, que se saldó con la ejecución de cientos de nacionalistas irlandeses, entre ellos un viejo amigo de Joyce que trataba de impedir las matanzas por parte del ejército británico. Esta muerte afectó profundamente a un Joyce que, durante sus años en la neutral Suiza, llegó a odiar más que nunca a la corona británica. Tuvo frecuentes discusiones con el consulado y sus malas relaciones con los diplomáticos ingleses le hicieron correr el riesgo de ser llamado a filas.Por su situación personal y su posicionamiento ideológico, no resulta extraño que Joyce mostrara una gran alegría cuando el gobierno de Londres dejó de reclutar irlandeses para la Gran Guerra. Pero su identificación con el movimiento nacionalista, siempre desde la distancia, se atemperó tras terminar la contienda. Rechazaba el emergente patriotismo mientras preguntaba: “¿Moriría Irlanda por mí?”. En la misma línea provocadora, se consideraba a sí mismo como un héroe de la Primera Guerra Mundial por haber escrito Ulises.El reconocimiento de Irlanda como Estado Libre, en diciembre de 1921, no despertó en Joyce ningún interés por regresar a una tierra que no había pisado desde 1912. Con estas palabras zanjó para siempre su posición ante sus orígenes: “No serviré por más tiempo a aquello en lo que no creo, llámese mi hogar, mi patria o mi religión. Y trataré de expresarme de algún modo en vida y arte, tan libremente como me sea posible”. Eran palabras pronunciadas por Stephen Dedalus en Retrato del artista adolescente, novela publicada a finales de 1916 gracias a su creciente reputación en los círculos literarios de Francia y EEUU. Entre 1918 y 1920 se publicaron capítulos de Ulises por entregas en una revista norteamericana, pero la Sociedad para la Prevención del Vicio en Nueva York puso en marcha un proceso al considerar los textos inmorales y obscenos. En 1921 se prohibió la entrada del libro, de aparición inminente, en Estados Unidos, a pesar de los argumentos del editor y abogado John Quinn, quien mantenía que se trataba de una obra tan oscura e inaccesible que no podría escandalizar a nadie.Completamente dedicado a la mastodóntica obra que era Ulises, Joyce no encontraba en Trieste el ambiente ideal para conseguir la celebridad literaria a la que aspiraba, por lo que en 1920 decidió dejar la ciudad, a la que había vuelto tras su paréntesis obligado en Zürich. En un principio pensó instalarse en Londres, ciudad en la que los editores le habían dispensado un trato literario infinitamente más amable que en la provinciana Dublín. Lo que verdaderamente le importaba, y a lo que consagró toda su vida, era alcanzar la libertad artística, como proclamaba Stephen Dedalus en el Retrato. Antes de marchar a Londres prefirió visitar París para conocer a escritores y editores, pero lo que pretendía ser una estancia de dos semanas terminó prolongándose hasta 1939, fecha en la que el escritor y su familia se vieron forzados a abandonar la capital francesa a consecuencia del estallido de la Segunda Guerra Mundial.James Joyce consiguió ver publicado Ulises en Francia gracias al empeño personal de la norteamericana Sylvia Beach, dueña de una librería y ferviente admiradora de una novela que no encontraba editor en las islas británicas. La primera edición de Ulises apareció en París el día del cuarenta cumpleaños de su autor (2 de febrero de 1922). Antes de que el libro fuera admitido en Estados Unidos en 1933, después de un fallo judicial histórico para la literatura del siglo XX, ya circulaban traducciones al alemán, francés, checo y japonés. En 1936 se autorizó su publicación en Gran Bretaña y, como para dar la razón a Joyce aun después de su muerte en 1942, Irlanda fue uno de los últimos países en reconocer su innovadora novela: Ulises fue un título proscrito hasta bien entrados los sesenta. Tras el fin de la Guerra Civil irlandesa en 1923, tanto las instituciones como la prensa se dedicaron a promover una literatura nacional sustentada en el carácter católico de la nación. Aunque se pretendió recuperar a Joyce para la causa, era del todo imposible situar el experimentalismo estilístico de Ulises dentro del realismo, norma estética que, al igual que en la España posterior a 1939, regía la producción literaria. El nuevo Estado irlandés exigía unas letras respetuosas con un catolicismo que definía la identidad nacional en oposición al anglicanismo, pero el James Joyce que empezaba a gozar de fama en París no tenía motivo alguno para someterse a los dictados oficiales de la patria.La Segunda Guerra MundialEn la década de los 30 circularon en diversas revistas de Europa y EE UU fragmentos de lo que luego sería Finnegans Wake, la última obra de Joyce. El auge del fascismo en Europa enturbiaba cada vez más los círculos literarios muy a pesar del autor irlandés, siempre reticente a mezclar política y literatura. Cuando en 1936 le enviaron un cuestionario sobre la Guerra Civil se negó a contestar alegando: “Eso es política. La política se está metiendo en todas partes ahora”. En reuniones con escritores en París, después de haber accedido Hitler al poder en Alemania, solía alabar la capacidad del Führer para conducir a las masas. Pero sus burlescas loas no iban más allá del deseo de ridiculizar las ideologías y los nacionalismos, pues siempre fue Joyce consciente de la terrible realidad nazi: desde 1938 ayudó a conocidos y amigos judíos a huir hacia Irlanda y EE UU.En 1939 apareció Finnegans Wake, un eterno juego de palabras a partir de la teoría del filósofo italiano Giambattista Vico sobre la circularidad de la historia. La repercusión del libro, debido a la turbulenta situación política, fue mínima. Este hecho desagradó enormemente a Joyce quien, más en serio que en broma, llegó a acusar a los gobiernos de haber iniciado la Segunda Guerra Mundial con tal de impedir la lectura de su obra. En agosto de 1938, el escritor había abandonado París, pero después de tres meses en Lausana prefirió hacer caso omiso de lo que se avecinaba tras la crisis de los Sudetes y volvió a París para terminar Finnegans Wake. El 3 de septiembre de 1939 estalló la guerra y Joyce, refugiado entonces en la ciudad de La Barcle, no pudo tener con él a su hija Lucia, que permanecía ingresada en un psiquiátrico de la capital francesa. En el pueblo de Pornichet logró reunir a su mujer, a Lucia y a su hijo Giorgio -éste último en edad de combatir- y finalmente huyeron a Zurich en septiembre de 1940, tres meses después de la ocupación de París. El destino quiso que Joyce se refugiara en la misma ciudad a la que tuvo que acudir tras el inicio de la Primera Guerra Mundial, si bien esta vez contó con muchos más problemas: a la dramática situación de su hija, con graves trastornos psíquicos, se unió la oposición de las autoridades de la Francia ocupada, que lo acusaban de ser judío (como el personaje Leopold Bloom en Ulises). Los testimonios que Joyce pudo recoger en Lausana y en Zurich lo salvaron de ser detenido. Su mejor amigo en París y compañero en la huida de 1939, Paul Léon, decidió volver a París a pesar de la ocupación. Logró salvar documentos personales de Joyce y los hizo llegar al embajador irlandés con la orden de depositarlos en la Biblioteca Nacional de Dublín. Léon, que sí era judío, fue detenido y ejecutado un año después. Zurich, por su condición de ciudad neutral, era el único lugar en Europa en el que un esteta como Joyce podía vivir sus últimos días. En 1941, unos pocos meses después de llegar desde Francia, una úlcera perforada le produjo la muerte. En Irlanda, la prensa nacionalista se hizo amplio eco de su muerte y reivindicó al escritor como ejemplo de ortodoxia nacional. Remitiéndose a una hermana con la que el autor apenas mantenía relación, el conservador diario “Irish Press” destacó el amor de Joyce por las gentes de Dublín y, algo aún más dudoso, el fervor con el que el escritor siguió la Semana Santa durante su estancia en Italia. Hoy día, Joyce es el orgullo de una nación que lo forzó a exiliarse para desarrollar su proyecto artístico. Basta un ejemplo de este uso político de su figura: hace apenas unos meses, miembros del Sinn Fein se fotografiaron junto a una estatua en su memoria para hacer campaña en contra del Tratado de Niza. Oprimido por el catolicismo en Dublín, acosado por dos guerras mundiales en la Europa continental y reconvertido a la causa irlandesa tras su muerte, sólo las palabras de Stephen Dedalus en Ulises pueden mostrarnos al verdadero James Joyce: “La historia es una pesadilla de la que intento despertar”.
james joyce
cartas a Nora
2 de diciembre de 190944
Fontenoy Street, Dublín
Querida mía, quizás debo comenzar pidiéndote perdón por la increíble carta que te escribí anoche. Mientras la escribía tu carta reposaba junto a mí, y mis ojos estaban fijos, como aún ahora lo están, en cierta palabra escrita en ella. Hay algo de obsceno y lascivo en el aspecto mismo de las cartas. También su sonido es como el acto mismo, breve, brutal, irresistible y diabólico.Querida, no te ofendas por lo que escribo. Me agradeces el hermoso nombre que te di. ¡Si, querida, "mi hermosa flor silvestre de los setos" es un lindo nombre! ¡Mi flor azul oscuro, empapada por la lluvia! Como ves, tengo todavía algo de poeta. También te regalaré un hermoso libro: es el regalo del poeta para la mujer que ama. Pero, a su lado y dentro de este amor espiritual que siento por ti, hay también una bestia salvaje que explora cada parte secreta y vergonzosa de él, cada uno de sus actos y olores. Mi amor por ti me permite rogar al espíritu de la belleza eterna y a la ternura que se refleja en tus ojos o derribarte debajo de mí, sobre tus suaves senos, y tomarte por atrás, como un cerdo que monta a una puerca, glorificado en la sincera peste que asciende de tu trasero, glorificado en la descubierta vergüenza de tu vestido vuelto hacia arriba y en tus bragas blancas de muchacha y en la confusión de tus mejillas sonrosadas y tu cabello revuelto. Esto me permite estallar en lágrimas de piedad y amor por ti a causa del sonido de algún acorde o cadencia musical o acostarme con la cabeza en los pies, rabo con rabo, sintiendo tus dedos acariciar y cosquillear mis testículos o sentirte frotar tu trasero contra mí y tus labios ardientes chupar mi pija mientras mi cabeza se abre paso entre tus rollizos muslos y mis manos atraen la acojinada curva de tus nalgas y mi lengua lame vorazmente tu sexo rojo y espeso. He pensado en ti casi hasta el desfallecimiento al oír mi voz cantando o murmurando para tu alma la tristeza, la pasión y el misterio de la vida y al mismo tiempo he pensado en ti haciéndome gestos sucios con los labios y con la lengua, provocándome con ruidos y caricias obscenas y haciendo delante de mí el más sucio y vergonzoso acto del cuerpo. ¿Te acuerdas del día en que te alzaste la ropa y me dejaste acostarme debajo de ti para ver cómo lo hacías? Después quedaste avergonzada hasta para mirarme a los ojos.¡Eres mía, querida, eres mía! Te amo. Todo lo que escribí arriba es sólo un momento o dos de brutal locura! La última gota de semen ha sido inyectada con dificultad en tu sexo antes que todo termine y mi verdadero amor hacia ti, el amor de mis versos, el amor de mis ojos, por tus extrañamente tentadores ojos llega soplando sobre mi alma como un viento de aromas. Mi pija está todavía tiesa, caliente y estremecida tras la última, brutal embestida que te ha dado cuando se oye levantarse un himno tenue, de piadoso y tierno culto en tu honor, desde los oscuros claustros de mi corazón.Nora, mi fiel querida, mi pícara colegiala de ojos dulces, sé mi puta, mi amante, todo lo que quieras (¡mi pequeña pajera amante! ¡mi putita folladora!) eres siempre mi hermosa flor silvestre de los setos, mi flor azul oscuro empapada por la lluvia.
JIM
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6 de diciembre de 1909
44 Fontenoy Street, Dublín.
¡Noretta mía! Esta tarde recibí la conmovedora carta en la que me cuentas que andabas sin ropa interior. El día veinticinco no conseguí las doscientas coronas, sino sólo cincuenta, y otras cincuenta el día primero. Esto es todo en lo que al dinero se refiere. Te envío un pequeño billete de banco y espero que al menos puedas comprarte un lindo par de bragas, y te mandaré más cuando me paguen de nuevo. Me gustaría que usaras bragas con tres o cuatro adornos, uno sobre el otro, desde las rodillas hasta los muslos, con grandes lazos escarlata, es decir, no bragas de colegiala con un pobre ribete de lazo angosto, apretado alrededor de las piernas y tan delgado que se ve la piel entre ellos, sino bragas de mujer (o, si prefieres la palabra) de señora, con los bajos completamente sueltos y perneras anchas, llenos lazos y cintas, y con abundante perfume de modo que las enseñes, ya sea cuando alces la ropa rápidamente o cuando te abrace bellamente, lista para ser amada, pueda ver solamente la ondulación de una masa de telas y así cuando me recueste encima de ti para abrirlos y darte un beso ardiente de deseo en tu indecente trasero desnudo, pueda oler el perfume de tus bragas tanto como el caliente olor de tu sexo y el pesado aroma de tu trasero.Te habrán impresionado las cosas sucias que te escribo. Quizás pienses que mi amor es una cosa sucia. Lo es, querida, en algunos momentos. Te sueño a veces en posiciones obscenas. Imagino cosas muy sucias, que no escribiré hasta que vea qué es lo que tú me escribes. Los más insignificantes detalles me producen una gran erección. Un movimiento lascivo de tu boca, una manchita color castaño en la parte de atrás de tus bragas, una palabra obscena pronunciada en un murmullo de tus labios húmedos, un ruido sin recato, repentino, de tu trasero y entonces asciende un feo olor por tus espaldas. En algunos momentos me siento loco, con ganas de hacerlo de alguna forma sucia, sentir tus lujuriosos labios ardientes, chupándome, follar entre tus dos senos coronados de rosa, en tu cara y derramarme en tus mejillas ardientes y en tus ojos, conseguir la erección frotándome contra tus nalgas y poseerte sodomíticamente.¡Basta per stasera!Espero que te haya llegado mi telegrama y lo hayas comprendido.Adiós, querida mía a quien trato de degradar y pervertir.¿Cómo sobre esta tierra de Dios es posible que ames una cosa como yo?¡Oh, estoy tan ansioso de recibir tu respuesta, querida!JIM........................
8 de diciembre de 1909
44 Fontenoy Street, Dublín
Mi dulce putita Nora, he hecho como me lo pediste, muchachita sucia y me hice dos pajas mientras leía tu carta. Me deleita ver que haces como si te follara por atrás. Sí, ahora puedo recordar esa noche cuando de follé por atrás mucho tiempo. Fue la follada más sucia que te he hecho, querida. Horas y horas mi sexo estuvo duro dentro tuyo, entrando y saliendo de tu trasero vuelto hacia arriba. Sentía tus rollizas nalgas sudorosas bajo mi vientre y veía tu rostro y tus ojos enloquecidos. A cada una de mis arremetidas tu desvergonzada lengua salía de entre tus labios, y si te embestía con mayor fuerza que la usual, gruesos y sucios gases surgían balbuceantes de tu trasero. Tenías un culo lleno de pedos aquella noche, querida, y con la follada salieron todos para afuera, gruesos camaradas, otros más ventosos, rápidos y pequeños requiebros alegres y una gran cantidad de peditos sucios que terminaron en un largo chorrear de tu agujero. Es delicioso follarse a una mujer con pedos cuando cada embestida le saca uno. Estoy seguro que podría reconocer los de ella en un cuarto lleno de mujeres flatulentas. Es un ruido mucho más juvenil, que en nada se parece a los flatos húmedos que deben poseer las esposas gordas. Es más repentino y seco y sucio como el que imagino haría para divertirse una muchacha desnuda en el dormitorio de la escuela por la noche. Espero que Nora dejará escapar sus gases en mi rostro para que también pueda conocer su olor.Dices que a la vuelta me vas a chupar y quieres que lama tu sexo, pequeña pícara depravada. Espero que alguna vez me sorprendas durmiendo vestido, me asaltes con un destello de puta en tus soñolientos ojos, me desabroches con suavidad, botón por botón en el vuelo de mi trusa, y saques gentilmente la gruesa fusta de tu amante, la escondas en tu boca húmeda y la mames hasta que dura y erectísima acabe en tu boca. Algunas veces también te sorprenderé dormida, levantaré tu camisón y abriré suavemente tus bombachas caliente; suavemente me recostaré y comenzaré a lamer con placidez alrededor de tu sexo. Te agitarás incómoda, entonces lameré los labios del sexo de mi querida. Te pondrás a gruñir y a gemir, a suspirar y pedorrear ávida en tu sueño. Entonces lameré más rápido, como un perro voraz, hasta que tu sexo sea una masa de suciedad y tu cuerpo un corcoveo salvaje.¡Buenas noches, mi pequeña Nora pedorra, mi sucia pajarita folladora! Hay una palabra amable, querida que subrayaste para que me masturbara mejor. Escríbeme más acerca de eso y de ti misma, dulcemente, totalmente sucia, totalmente sucia.JIM...........9 de diciembre de 190944 Fontenoy Street, DublínMi dulce sucia pajarita folladora. Aquí está otra nota para comprar bragas bonitas o ligueros o ligas. Compra bragas de puta amor, y trata de perfumarlas con algún suave aroma y de decorarlas también un poquito por atrás.Pareces ansiosa de saber cómo recibí tu carta que dices es peor que la mía. ¿Cómo que es peor que la mía, amor? Sí, es peor en una o dos de sus partes. Me refiero a la parte en la que dices que lo harás con tu lengua (no me refiero a que me chupes) y en esa amable palabra que escribiste tan grande y subrayaste, pequeña pícara. Es estremecedor escuchar esa palabra (y una o dos de las que no escribiste) en los labios de una chica. Pero ojalá hables de ti y no de mí. Escríbeme una carta larga, larga, llena de esas y otras cosas acerca de ti, querida. Ahora ya sabes cómo endurecérmela. Dime las cosas mínimas acerca de ti tan minuciosamente como sean de obscenas, sucias y secretas. No escribas más. Deja a cada oración llenarse de sucias palabras y sonidos sin recato. Son lo más amable de oír y de ver en el papel, porque las más sucias son las más bellas.Las dos partes de tu cuerpo que hacen las cosas más sucias son las que yo más quiero. Prefiero tu culo, querida, a tus tetitas porque hace cosas más sucias. Si amo tanto tu coño no es por ser la parte de tu cuerpo que penetro, sino porque hace otra cosa sucia. Puedo pasar todo el día acostado masturbándome en la contemplación de la divina palabra que escribiste, y la cosa que dices quisieras hacer con tu lengua. Ojalá pudiera oír a tus labios murmurando esas poderosamente excitantes palabras obscenas, ver tu boca haciendo ruidos y sonidos lascivos, sentir tu cuerpo agitándose debajo de mí, oír y oler los gruesos sucios pedos de muchacha ir pop pop fuera de tu hermoso culo de muchacha desnuda y follar, follar, follar a mi ardiente culo sucio de pajarita folladora por siempre.Estoy contento ahora, porque mi putita me dijo que quiere entregarme su trasero, y quiere que la folle por su boca, y quiere desabotonarme y sacar mi palito y mamarlo como una teta. Más y más sucias que éstas quiere mi pequeña folladora desnuda que le haga, mi perversa excitable amante, mi dulce pedorrita obscena.Buenas noches mi coñito, me voy a acostar y pajearme hasta acabar. Escribe más y más sucias cosas, querida. Acaricia tu coñito mientras me escribes para hacer peor y peor lo que escribes. Escribe grandes las palabras obscenas y subráyalas y bésalas y ponlas un momento en tu dulce sexo caliente, querida, y también levanta un momento tu vestido y ponlas debajo de tu querido culito pedorro. Haz más si quieres y mándame entonces la carta, mi querida pajarita folladora del trasero café.JIM------------[Fragmento de una carta]Dublín, 13 de diciembre de 1909...ir a otras? Tú puedes dármelo todo y más de lo que ellas pueden. ¿Querida, crees definitivamente en mi amor? ¡Oh, hazlo, Nora! ¿Acaso no se lee en mis ojos cuando hablo de ti? Como dice tu madre, "se iluminan como velas en mi cabeza".Cariño, ahora el tiempo pasará volando hasta que tus brazos me estrechen. Nunca te abandonaré de nuevo. No sólo deseo tu cuerpo (como sabes), sino también tu compañía. Querida mía, supongo que mi amor por ti parece pobre y raído comparado con tu generoso y espléndido amor hacia mí. Pero es el mejor que puedo ofrecerte, querido amor mío. Acepta mi amor, sálvame y protégeme. Soy tu niño, ya te dije, y debes ser dura conmigo, pequeña madre mía. Castígame tanto como quieras. Me parecería delicioso sentir mi carne estremeciéndose bajo tu mano. ¿Sabes lo que quiero decir, Nora mía? Desearía que me pegaras o incluso que me azotaras. No jugando, querida, sino en serio, y en mi carne desnuda. Desearía que fueras dura, dura, querida, y tuvieras grandes y orgullosos pechos y muslos rollizos. ¡Querría ser azotado por ti, Nora, amor! Me hubiera gustado hacer alguna cosa que te molestara, siquiera algo trivial, quizá mejor una de mis sucias costumbres que te hacen reír: y escuchar entonces que me llamas a tu cuarto y encontrarte sentada en la silla de brazos con tus robustos muslos abiertos y tu cara bien roja de ira y un bastón en la mano. Te veo mostrándome lo que hice y entonces con un movimiento de rabia me empujarás hacia ti y hundirás mi rostro en tu seno. Entonces sentiré tus manos bajándome la trusa y hurgando dentro de la ropa y levantando la camisa, para encontrarme luchando con tus fuertes brazos en tu seno y sentirte inclinada sobre mí (como una nodriza que fustiga el trasero de un niño) hasta que tus grandes y llenos pechos casi me toquen y te sienta azotarme, azotarme, azotarme malvadamente en mi carne desnuda y estremecida! Perdóname, cariño, si esto es insensato. Empiezo la carta con total tranquilidad y debo terminarla ahora en mi estilo alocado.Querida, ¿estás ofendida por mi forma desvergonzada de escribir? Supongo que algunas de las cosas obscenas que escribí te hicieron sonrojar. ¿Estás enfadada porque te dije que me gustaba mirar la mancha oscura que aparece tras tus bragas blancas de adolescente? Supongo que me consideras un inmundo desgraciado. ¿Cómo contestarás estas cartas? Espero, y espero que tú también me escribas cartas incluso más desaforadas y sucias que las mías.Nora, puedes hacerlo si sólo lo deseas, pero también debo decirte que [INCONCLUSA]............
16 de diciembre de 1909
44 Fontenoy Street, Dublín
Dulce niña querida, ¡finalmente me escribes! Seguro que has masturbado ferozmente ese sucio coñito tuyo para escribirme una carta tan incoherente. En cuanto a mí, estoy tan fuera de forma que tendrás que lamerme una buena hora antes que pueda tener un cuerno lo suficientemente firme para metértelo, no digamos para follarte. He hecho tanto y tan seguido que me da miedo mirar cómo lo he hecho, después de todo me lo he hecho. Querida, por favor no me folles demasiado a mi vuelta. Folla todo lo que quieras fuera de mí por ahí de la primera noche; pero dame tiempo para reponerme. Querida, toda la follada debe ser hecha por ti, porque como estoy blando y diminuto ninguna niña en Europa, a excepción tuya, desperdiciaría su tiempo y energía conmigo. Fóllame, querida; en todas las nuevas formas que tu deseo sugiera. Fóllame ataviada con tus vestidos de calle, con tu velo y tu sombrero puestos, con tu cara sonrosada por el viento y el frío y la lluvia y tus botas embarradas; fóllame también a caballo sobre mis piernas, cuando esté sentado en una silla, montándome de arriba hacia abajo mostrándome los ribetes de tus bragas y mi pito firmemente clavado en tu coño, o móntame sobre la espalda de un sillón. Desnuda, fóllame, solamente con tus medias y tu sobrero puesto, acostados en el piso, con una flor roja en el culo, montándome como un hombre, con tus muslos entre los míos y tu robusto trasero. Móntame vestida con tu bata de estar (ojalá tengas esa tan bonita), con nada debajo de ella, ábrela repentinamente y muéstrame tu vientre y tus muslos y tu espalda y empújame sobre ti, encima de la mesa de la cocina. Fóllame con tu culo, boca abajo en la cama, con tu cabello suelto, desnuda, pero con tus adorables bragas rosas perfumadas, abiertas desvergonzadamente de atrás y medio caídas, de modo que se pueda entrever un poco tu trasero. Fóllame si puedes acuclillada en el baño, con tus vestidos levantados gruñendo como una puerca que caga y una gran cosa gruesa sucia serpenteando con lentitud fuera de tu trasero. Fóllame en las escaleras, en la oscuridad, como una niñera follando con su soldado, que le desabotona gentilmente la trusa y desliza su mano en su pajarito y lo acaricia con su camisa y con ese contacto se va humedeciendo y entonces lo toma con suavidad y lo acaricia junto con sus dos bolas a punto de estallar y finalmente agarra atrevida la pija que ella mama y la manosea y la acaricia suavemente, murmurando para él en sus oídos palabras obscenas e historias indecentes que otras chicas le han contado a ella y ella dice cosas sucias y se mea las bragas con placer y deja salir suave, quieta tranquilamente tibios peditos de su trasero hasta que su clítoris está tan firme como el de él y de pronto se lo mete y lo monta.¡Basta! ¡Basta per Dio!He acabado y todas las tonterías han desaparecido. ¡Ahora, la respuesta a tus preguntas!Todavía no hemos inaugurado. Te mando algunos carteles. Esperamos inaugurar el veinte o veintiuno. Cuenta catorce días a partir de entonces y tres y medio más para el viaje y estaré en Trieste.Prepárate. Coloca un lindo linóleo marrón agradable en la cocina y, por la noche, cuelga un par de cortinas rojas comunes en las ventanas. Procura un sillón cómodo y barato para tu perezoso amante. Haz todo lo que te digo, querida, pues una vez que llegue no me moveré de esa cocina en una semana, leyendo, repantingándome y mirando como preparas la comida; y hablándote, hablándote, hablándote, ¡Qué supremamente feliz seré! ¡Dios mío, allí seré feliz! I figlioli, il fuoco, una bona mangiata, un caffé nero, un Brasil, il Piccolo della cera, e Nora, Nora mía, Norina, Noretta, Norella, Noruccia, etc, etc...Eva y Eileen deben dormir juntas. Consigue algún lugar para Georgie. Quiero que Nora y yo tengamos dos camas para el trabajo nocturno. Estoy manteniendo y mi mantendré mi promesa, amor mío. ¡El tiempo vuela, vuela rápidamente! Quiero regresar a mi amor, mi vida, mi estrella, mi pequeña Irlanda de ojos extraños! ¡Cien mil besos, cariño!JIM........
20 de diciembre de 1909
44 Fontenoy Street, Dublín
Mi dulce y pícara Nora, recibí esa noche tu ardiente carta y he tratado de imaginarte frotándote el sexo en el baño. ¿Cómo lo haces? ¿Te recuestas contra la pared con tu mano cosquilleándote debajo de tus ropas? ¿O te acuclillas bajo el agujero con las camisas vueltas hacia arriba y tu mano trabajando fuertemente a través de la abertura de tus bragas? ¿Te sirvió como preludio ahora para cagar? Me pregunto cómo pudiste hacerlo. ¿Acabas al cagar o te frotas acabando primero y luego cagas? Debe haber sido una horrible cosa lasciva ver a una niña con sus ropas levantadas frotando con furor su coño, ver sus calzoncillos blancos y hermosos bajados de atrás y su trasero defecando y una cosa gruesa y café que sale de su agujero. Dijiste que ensuciarías tus bragas, querida, y que después me dejarías follarte. Me gustaría oírte primero enmierdarlas y follarte después. Alguna noche, cuando estemos en alguna parte hablando en la oscuridad cosas puercas y sientas tu mierda a punto de salir, rodea mi cuello con tus brazos en tu vergüenza y déjala caer suavemente. El sonido me enloquecerá y cuando alce tu vestido...¡De nada sirve continuar! ¡Ya puedes adivinar qué!Hoy abrió el cinematógrafo. El domingo 2 de enero salgo par Trieste. Espero que hayas hecho lo que te dije respecto a la cocina, el linóleo, el sillón y las cortinas. A propósito, no cosas esas bragas delante de nadie. ¿Está hecho tu vestido? Así lo espero, con una chaqueta larga, con cinturón y con los puños de cuero, etc. No sé como voy a arreglármelas con los gasto de Eileen. ¡Por Dios, arregla tú esto y que pueda yo tener una cama confortable! No tengo ningún deseo especial de hacerte nada, querida. Puedes descansar tranquila respecto a mis idas con ... Tú no lo comprendes. Querida, esto no sucederá.Oh, ahora estoy hambriento. El día que llegue di a Eva que haga un "pudding" corriente y algún tipo de salsa de vainilla sin vino. Me gustaría comer rosbif, sopa de arroz, cupuzzi garbi, puré de patatas, "pudding" y café negro. No, no, me gustaría stracotto di macheroni, una ensalada, ciruelas cocidas, torroni, té y presnitz. O no, preferiría anguilas cocidas o polenta con...Perdóname querida, esta noche estoy hambriento.Querida Nora, espero que pasemos juntos un año feliz. Mañana escribiré a Stanie sobre lo del cinematógrafo.Estoy tan feliz que ahora veo Miramar. Lo único que espero es que no lleve de nuevo conmigo esa abominable cosa, debido a lo que hice. Querida reza por mí.¡Addio, addio, addio, addio!JIM
2 de diciembre de 190944
Fontenoy Street, Dublín
Querida mía, quizás debo comenzar pidiéndote perdón por la increíble carta que te escribí anoche. Mientras la escribía tu carta reposaba junto a mí, y mis ojos estaban fijos, como aún ahora lo están, en cierta palabra escrita en ella. Hay algo de obsceno y lascivo en el aspecto mismo de las cartas. También su sonido es como el acto mismo, breve, brutal, irresistible y diabólico.Querida, no te ofendas por lo que escribo. Me agradeces el hermoso nombre que te di. ¡Si, querida, "mi hermosa flor silvestre de los setos" es un lindo nombre! ¡Mi flor azul oscuro, empapada por la lluvia! Como ves, tengo todavía algo de poeta. También te regalaré un hermoso libro: es el regalo del poeta para la mujer que ama. Pero, a su lado y dentro de este amor espiritual que siento por ti, hay también una bestia salvaje que explora cada parte secreta y vergonzosa de él, cada uno de sus actos y olores. Mi amor por ti me permite rogar al espíritu de la belleza eterna y a la ternura que se refleja en tus ojos o derribarte debajo de mí, sobre tus suaves senos, y tomarte por atrás, como un cerdo que monta a una puerca, glorificado en la sincera peste que asciende de tu trasero, glorificado en la descubierta vergüenza de tu vestido vuelto hacia arriba y en tus bragas blancas de muchacha y en la confusión de tus mejillas sonrosadas y tu cabello revuelto. Esto me permite estallar en lágrimas de piedad y amor por ti a causa del sonido de algún acorde o cadencia musical o acostarme con la cabeza en los pies, rabo con rabo, sintiendo tus dedos acariciar y cosquillear mis testículos o sentirte frotar tu trasero contra mí y tus labios ardientes chupar mi pija mientras mi cabeza se abre paso entre tus rollizos muslos y mis manos atraen la acojinada curva de tus nalgas y mi lengua lame vorazmente tu sexo rojo y espeso. He pensado en ti casi hasta el desfallecimiento al oír mi voz cantando o murmurando para tu alma la tristeza, la pasión y el misterio de la vida y al mismo tiempo he pensado en ti haciéndome gestos sucios con los labios y con la lengua, provocándome con ruidos y caricias obscenas y haciendo delante de mí el más sucio y vergonzoso acto del cuerpo. ¿Te acuerdas del día en que te alzaste la ropa y me dejaste acostarme debajo de ti para ver cómo lo hacías? Después quedaste avergonzada hasta para mirarme a los ojos.¡Eres mía, querida, eres mía! Te amo. Todo lo que escribí arriba es sólo un momento o dos de brutal locura! La última gota de semen ha sido inyectada con dificultad en tu sexo antes que todo termine y mi verdadero amor hacia ti, el amor de mis versos, el amor de mis ojos, por tus extrañamente tentadores ojos llega soplando sobre mi alma como un viento de aromas. Mi pija está todavía tiesa, caliente y estremecida tras la última, brutal embestida que te ha dado cuando se oye levantarse un himno tenue, de piadoso y tierno culto en tu honor, desde los oscuros claustros de mi corazón.Nora, mi fiel querida, mi pícara colegiala de ojos dulces, sé mi puta, mi amante, todo lo que quieras (¡mi pequeña pajera amante! ¡mi putita folladora!) eres siempre mi hermosa flor silvestre de los setos, mi flor azul oscuro empapada por la lluvia.
JIM
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6 de diciembre de 1909
44 Fontenoy Street, Dublín.
¡Noretta mía! Esta tarde recibí la conmovedora carta en la que me cuentas que andabas sin ropa interior. El día veinticinco no conseguí las doscientas coronas, sino sólo cincuenta, y otras cincuenta el día primero. Esto es todo en lo que al dinero se refiere. Te envío un pequeño billete de banco y espero que al menos puedas comprarte un lindo par de bragas, y te mandaré más cuando me paguen de nuevo. Me gustaría que usaras bragas con tres o cuatro adornos, uno sobre el otro, desde las rodillas hasta los muslos, con grandes lazos escarlata, es decir, no bragas de colegiala con un pobre ribete de lazo angosto, apretado alrededor de las piernas y tan delgado que se ve la piel entre ellos, sino bragas de mujer (o, si prefieres la palabra) de señora, con los bajos completamente sueltos y perneras anchas, llenos lazos y cintas, y con abundante perfume de modo que las enseñes, ya sea cuando alces la ropa rápidamente o cuando te abrace bellamente, lista para ser amada, pueda ver solamente la ondulación de una masa de telas y así cuando me recueste encima de ti para abrirlos y darte un beso ardiente de deseo en tu indecente trasero desnudo, pueda oler el perfume de tus bragas tanto como el caliente olor de tu sexo y el pesado aroma de tu trasero.Te habrán impresionado las cosas sucias que te escribo. Quizás pienses que mi amor es una cosa sucia. Lo es, querida, en algunos momentos. Te sueño a veces en posiciones obscenas. Imagino cosas muy sucias, que no escribiré hasta que vea qué es lo que tú me escribes. Los más insignificantes detalles me producen una gran erección. Un movimiento lascivo de tu boca, una manchita color castaño en la parte de atrás de tus bragas, una palabra obscena pronunciada en un murmullo de tus labios húmedos, un ruido sin recato, repentino, de tu trasero y entonces asciende un feo olor por tus espaldas. En algunos momentos me siento loco, con ganas de hacerlo de alguna forma sucia, sentir tus lujuriosos labios ardientes, chupándome, follar entre tus dos senos coronados de rosa, en tu cara y derramarme en tus mejillas ardientes y en tus ojos, conseguir la erección frotándome contra tus nalgas y poseerte sodomíticamente.¡Basta per stasera!Espero que te haya llegado mi telegrama y lo hayas comprendido.Adiós, querida mía a quien trato de degradar y pervertir.¿Cómo sobre esta tierra de Dios es posible que ames una cosa como yo?¡Oh, estoy tan ansioso de recibir tu respuesta, querida!JIM........................
8 de diciembre de 1909
44 Fontenoy Street, Dublín
Mi dulce putita Nora, he hecho como me lo pediste, muchachita sucia y me hice dos pajas mientras leía tu carta. Me deleita ver que haces como si te follara por atrás. Sí, ahora puedo recordar esa noche cuando de follé por atrás mucho tiempo. Fue la follada más sucia que te he hecho, querida. Horas y horas mi sexo estuvo duro dentro tuyo, entrando y saliendo de tu trasero vuelto hacia arriba. Sentía tus rollizas nalgas sudorosas bajo mi vientre y veía tu rostro y tus ojos enloquecidos. A cada una de mis arremetidas tu desvergonzada lengua salía de entre tus labios, y si te embestía con mayor fuerza que la usual, gruesos y sucios gases surgían balbuceantes de tu trasero. Tenías un culo lleno de pedos aquella noche, querida, y con la follada salieron todos para afuera, gruesos camaradas, otros más ventosos, rápidos y pequeños requiebros alegres y una gran cantidad de peditos sucios que terminaron en un largo chorrear de tu agujero. Es delicioso follarse a una mujer con pedos cuando cada embestida le saca uno. Estoy seguro que podría reconocer los de ella en un cuarto lleno de mujeres flatulentas. Es un ruido mucho más juvenil, que en nada se parece a los flatos húmedos que deben poseer las esposas gordas. Es más repentino y seco y sucio como el que imagino haría para divertirse una muchacha desnuda en el dormitorio de la escuela por la noche. Espero que Nora dejará escapar sus gases en mi rostro para que también pueda conocer su olor.Dices que a la vuelta me vas a chupar y quieres que lama tu sexo, pequeña pícara depravada. Espero que alguna vez me sorprendas durmiendo vestido, me asaltes con un destello de puta en tus soñolientos ojos, me desabroches con suavidad, botón por botón en el vuelo de mi trusa, y saques gentilmente la gruesa fusta de tu amante, la escondas en tu boca húmeda y la mames hasta que dura y erectísima acabe en tu boca. Algunas veces también te sorprenderé dormida, levantaré tu camisón y abriré suavemente tus bombachas caliente; suavemente me recostaré y comenzaré a lamer con placidez alrededor de tu sexo. Te agitarás incómoda, entonces lameré los labios del sexo de mi querida. Te pondrás a gruñir y a gemir, a suspirar y pedorrear ávida en tu sueño. Entonces lameré más rápido, como un perro voraz, hasta que tu sexo sea una masa de suciedad y tu cuerpo un corcoveo salvaje.¡Buenas noches, mi pequeña Nora pedorra, mi sucia pajarita folladora! Hay una palabra amable, querida que subrayaste para que me masturbara mejor. Escríbeme más acerca de eso y de ti misma, dulcemente, totalmente sucia, totalmente sucia.JIM...........9 de diciembre de 190944 Fontenoy Street, DublínMi dulce sucia pajarita folladora. Aquí está otra nota para comprar bragas bonitas o ligueros o ligas. Compra bragas de puta amor, y trata de perfumarlas con algún suave aroma y de decorarlas también un poquito por atrás.Pareces ansiosa de saber cómo recibí tu carta que dices es peor que la mía. ¿Cómo que es peor que la mía, amor? Sí, es peor en una o dos de sus partes. Me refiero a la parte en la que dices que lo harás con tu lengua (no me refiero a que me chupes) y en esa amable palabra que escribiste tan grande y subrayaste, pequeña pícara. Es estremecedor escuchar esa palabra (y una o dos de las que no escribiste) en los labios de una chica. Pero ojalá hables de ti y no de mí. Escríbeme una carta larga, larga, llena de esas y otras cosas acerca de ti, querida. Ahora ya sabes cómo endurecérmela. Dime las cosas mínimas acerca de ti tan minuciosamente como sean de obscenas, sucias y secretas. No escribas más. Deja a cada oración llenarse de sucias palabras y sonidos sin recato. Son lo más amable de oír y de ver en el papel, porque las más sucias son las más bellas.Las dos partes de tu cuerpo que hacen las cosas más sucias son las que yo más quiero. Prefiero tu culo, querida, a tus tetitas porque hace cosas más sucias. Si amo tanto tu coño no es por ser la parte de tu cuerpo que penetro, sino porque hace otra cosa sucia. Puedo pasar todo el día acostado masturbándome en la contemplación de la divina palabra que escribiste, y la cosa que dices quisieras hacer con tu lengua. Ojalá pudiera oír a tus labios murmurando esas poderosamente excitantes palabras obscenas, ver tu boca haciendo ruidos y sonidos lascivos, sentir tu cuerpo agitándose debajo de mí, oír y oler los gruesos sucios pedos de muchacha ir pop pop fuera de tu hermoso culo de muchacha desnuda y follar, follar, follar a mi ardiente culo sucio de pajarita folladora por siempre.Estoy contento ahora, porque mi putita me dijo que quiere entregarme su trasero, y quiere que la folle por su boca, y quiere desabotonarme y sacar mi palito y mamarlo como una teta. Más y más sucias que éstas quiere mi pequeña folladora desnuda que le haga, mi perversa excitable amante, mi dulce pedorrita obscena.Buenas noches mi coñito, me voy a acostar y pajearme hasta acabar. Escribe más y más sucias cosas, querida. Acaricia tu coñito mientras me escribes para hacer peor y peor lo que escribes. Escribe grandes las palabras obscenas y subráyalas y bésalas y ponlas un momento en tu dulce sexo caliente, querida, y también levanta un momento tu vestido y ponlas debajo de tu querido culito pedorro. Haz más si quieres y mándame entonces la carta, mi querida pajarita folladora del trasero café.JIM------------[Fragmento de una carta]Dublín, 13 de diciembre de 1909...ir a otras? Tú puedes dármelo todo y más de lo que ellas pueden. ¿Querida, crees definitivamente en mi amor? ¡Oh, hazlo, Nora! ¿Acaso no se lee en mis ojos cuando hablo de ti? Como dice tu madre, "se iluminan como velas en mi cabeza".Cariño, ahora el tiempo pasará volando hasta que tus brazos me estrechen. Nunca te abandonaré de nuevo. No sólo deseo tu cuerpo (como sabes), sino también tu compañía. Querida mía, supongo que mi amor por ti parece pobre y raído comparado con tu generoso y espléndido amor hacia mí. Pero es el mejor que puedo ofrecerte, querido amor mío. Acepta mi amor, sálvame y protégeme. Soy tu niño, ya te dije, y debes ser dura conmigo, pequeña madre mía. Castígame tanto como quieras. Me parecería delicioso sentir mi carne estremeciéndose bajo tu mano. ¿Sabes lo que quiero decir, Nora mía? Desearía que me pegaras o incluso que me azotaras. No jugando, querida, sino en serio, y en mi carne desnuda. Desearía que fueras dura, dura, querida, y tuvieras grandes y orgullosos pechos y muslos rollizos. ¡Querría ser azotado por ti, Nora, amor! Me hubiera gustado hacer alguna cosa que te molestara, siquiera algo trivial, quizá mejor una de mis sucias costumbres que te hacen reír: y escuchar entonces que me llamas a tu cuarto y encontrarte sentada en la silla de brazos con tus robustos muslos abiertos y tu cara bien roja de ira y un bastón en la mano. Te veo mostrándome lo que hice y entonces con un movimiento de rabia me empujarás hacia ti y hundirás mi rostro en tu seno. Entonces sentiré tus manos bajándome la trusa y hurgando dentro de la ropa y levantando la camisa, para encontrarme luchando con tus fuertes brazos en tu seno y sentirte inclinada sobre mí (como una nodriza que fustiga el trasero de un niño) hasta que tus grandes y llenos pechos casi me toquen y te sienta azotarme, azotarme, azotarme malvadamente en mi carne desnuda y estremecida! Perdóname, cariño, si esto es insensato. Empiezo la carta con total tranquilidad y debo terminarla ahora en mi estilo alocado.Querida, ¿estás ofendida por mi forma desvergonzada de escribir? Supongo que algunas de las cosas obscenas que escribí te hicieron sonrojar. ¿Estás enfadada porque te dije que me gustaba mirar la mancha oscura que aparece tras tus bragas blancas de adolescente? Supongo que me consideras un inmundo desgraciado. ¿Cómo contestarás estas cartas? Espero, y espero que tú también me escribas cartas incluso más desaforadas y sucias que las mías.Nora, puedes hacerlo si sólo lo deseas, pero también debo decirte que [INCONCLUSA]............
16 de diciembre de 1909
44 Fontenoy Street, Dublín
Dulce niña querida, ¡finalmente me escribes! Seguro que has masturbado ferozmente ese sucio coñito tuyo para escribirme una carta tan incoherente. En cuanto a mí, estoy tan fuera de forma que tendrás que lamerme una buena hora antes que pueda tener un cuerno lo suficientemente firme para metértelo, no digamos para follarte. He hecho tanto y tan seguido que me da miedo mirar cómo lo he hecho, después de todo me lo he hecho. Querida, por favor no me folles demasiado a mi vuelta. Folla todo lo que quieras fuera de mí por ahí de la primera noche; pero dame tiempo para reponerme. Querida, toda la follada debe ser hecha por ti, porque como estoy blando y diminuto ninguna niña en Europa, a excepción tuya, desperdiciaría su tiempo y energía conmigo. Fóllame, querida; en todas las nuevas formas que tu deseo sugiera. Fóllame ataviada con tus vestidos de calle, con tu velo y tu sombrero puestos, con tu cara sonrosada por el viento y el frío y la lluvia y tus botas embarradas; fóllame también a caballo sobre mis piernas, cuando esté sentado en una silla, montándome de arriba hacia abajo mostrándome los ribetes de tus bragas y mi pito firmemente clavado en tu coño, o móntame sobre la espalda de un sillón. Desnuda, fóllame, solamente con tus medias y tu sobrero puesto, acostados en el piso, con una flor roja en el culo, montándome como un hombre, con tus muslos entre los míos y tu robusto trasero. Móntame vestida con tu bata de estar (ojalá tengas esa tan bonita), con nada debajo de ella, ábrela repentinamente y muéstrame tu vientre y tus muslos y tu espalda y empújame sobre ti, encima de la mesa de la cocina. Fóllame con tu culo, boca abajo en la cama, con tu cabello suelto, desnuda, pero con tus adorables bragas rosas perfumadas, abiertas desvergonzadamente de atrás y medio caídas, de modo que se pueda entrever un poco tu trasero. Fóllame si puedes acuclillada en el baño, con tus vestidos levantados gruñendo como una puerca que caga y una gran cosa gruesa sucia serpenteando con lentitud fuera de tu trasero. Fóllame en las escaleras, en la oscuridad, como una niñera follando con su soldado, que le desabotona gentilmente la trusa y desliza su mano en su pajarito y lo acaricia con su camisa y con ese contacto se va humedeciendo y entonces lo toma con suavidad y lo acaricia junto con sus dos bolas a punto de estallar y finalmente agarra atrevida la pija que ella mama y la manosea y la acaricia suavemente, murmurando para él en sus oídos palabras obscenas e historias indecentes que otras chicas le han contado a ella y ella dice cosas sucias y se mea las bragas con placer y deja salir suave, quieta tranquilamente tibios peditos de su trasero hasta que su clítoris está tan firme como el de él y de pronto se lo mete y lo monta.¡Basta! ¡Basta per Dio!He acabado y todas las tonterías han desaparecido. ¡Ahora, la respuesta a tus preguntas!Todavía no hemos inaugurado. Te mando algunos carteles. Esperamos inaugurar el veinte o veintiuno. Cuenta catorce días a partir de entonces y tres y medio más para el viaje y estaré en Trieste.Prepárate. Coloca un lindo linóleo marrón agradable en la cocina y, por la noche, cuelga un par de cortinas rojas comunes en las ventanas. Procura un sillón cómodo y barato para tu perezoso amante. Haz todo lo que te digo, querida, pues una vez que llegue no me moveré de esa cocina en una semana, leyendo, repantingándome y mirando como preparas la comida; y hablándote, hablándote, hablándote, ¡Qué supremamente feliz seré! ¡Dios mío, allí seré feliz! I figlioli, il fuoco, una bona mangiata, un caffé nero, un Brasil, il Piccolo della cera, e Nora, Nora mía, Norina, Noretta, Norella, Noruccia, etc, etc...Eva y Eileen deben dormir juntas. Consigue algún lugar para Georgie. Quiero que Nora y yo tengamos dos camas para el trabajo nocturno. Estoy manteniendo y mi mantendré mi promesa, amor mío. ¡El tiempo vuela, vuela rápidamente! Quiero regresar a mi amor, mi vida, mi estrella, mi pequeña Irlanda de ojos extraños! ¡Cien mil besos, cariño!JIM........
20 de diciembre de 1909
44 Fontenoy Street, Dublín
Mi dulce y pícara Nora, recibí esa noche tu ardiente carta y he tratado de imaginarte frotándote el sexo en el baño. ¿Cómo lo haces? ¿Te recuestas contra la pared con tu mano cosquilleándote debajo de tus ropas? ¿O te acuclillas bajo el agujero con las camisas vueltas hacia arriba y tu mano trabajando fuertemente a través de la abertura de tus bragas? ¿Te sirvió como preludio ahora para cagar? Me pregunto cómo pudiste hacerlo. ¿Acabas al cagar o te frotas acabando primero y luego cagas? Debe haber sido una horrible cosa lasciva ver a una niña con sus ropas levantadas frotando con furor su coño, ver sus calzoncillos blancos y hermosos bajados de atrás y su trasero defecando y una cosa gruesa y café que sale de su agujero. Dijiste que ensuciarías tus bragas, querida, y que después me dejarías follarte. Me gustaría oírte primero enmierdarlas y follarte después. Alguna noche, cuando estemos en alguna parte hablando en la oscuridad cosas puercas y sientas tu mierda a punto de salir, rodea mi cuello con tus brazos en tu vergüenza y déjala caer suavemente. El sonido me enloquecerá y cuando alce tu vestido...¡De nada sirve continuar! ¡Ya puedes adivinar qué!Hoy abrió el cinematógrafo. El domingo 2 de enero salgo par Trieste. Espero que hayas hecho lo que te dije respecto a la cocina, el linóleo, el sillón y las cortinas. A propósito, no cosas esas bragas delante de nadie. ¿Está hecho tu vestido? Así lo espero, con una chaqueta larga, con cinturón y con los puños de cuero, etc. No sé como voy a arreglármelas con los gasto de Eileen. ¡Por Dios, arregla tú esto y que pueda yo tener una cama confortable! No tengo ningún deseo especial de hacerte nada, querida. Puedes descansar tranquila respecto a mis idas con ... Tú no lo comprendes. Querida, esto no sucederá.Oh, ahora estoy hambriento. El día que llegue di a Eva que haga un "pudding" corriente y algún tipo de salsa de vainilla sin vino. Me gustaría comer rosbif, sopa de arroz, cupuzzi garbi, puré de patatas, "pudding" y café negro. No, no, me gustaría stracotto di macheroni, una ensalada, ciruelas cocidas, torroni, té y presnitz. O no, preferiría anguilas cocidas o polenta con...Perdóname querida, esta noche estoy hambriento.Querida Nora, espero que pasemos juntos un año feliz. Mañana escribiré a Stanie sobre lo del cinematógrafo.Estoy tan feliz que ahora veo Miramar. Lo único que espero es que no lleve de nuevo conmigo esa abominable cosa, debido a lo que hice. Querida reza por mí.¡Addio, addio, addio, addio!JIM
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