Borrando los límites de lo aceptado
Me encontró una noche y otra más
Adivinó mis secretos malditos
Sin preguntarme nada de nada
Dibujo con los ojos bien cerrados
Y las manos bien apretadas
un efímero retrato de mi existencia
incapaz de demostrar debilidad
me encontró una noche y otra más
arrullando sola a mis deseos
que victoriosos , habían aceptado,
que no existía ningún conocido limite ya,
como con cierta certeza entonces,
y sin preguntar nada de nada
me dibujo entera, vacía,
con los ojos bien cerrados
un poco menos efímera tal vez,
y en una de esas, solo en una de esas
algo más parecida a la real.
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